La organización militar más grande del planeta, la OTAN , ha dado inicio a los preparativos para poder responder a los retos que supone un mundo sin candados al despliegue de misiles de corto y medio alcance prohibidos por el tratado INF.

El anuncio fue emitido por el secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras dos días de discusiones celebradas por los Ministros de Defensa en el cuartel general trasatlántico.

“Todos los aliados están listos para seguir trabajando con Rusia. Pero también nos estamos preparando para un mundo sin el Tratado INF”, afirmó el ex primer ministro noruego.

Adoptado por Estados Unidos y Rusia en 1987, el tratado para la eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF) se tradujo en la remoción y destrucción de casi 3 mil misiles nucleares de corto y mediano alcance, estacionados y dirigidos hacia Europa.

Desde entonces el acuerdo ha constituido un hito en la arquitectura de la seguridad europea, al prohibir la presencia y despliegue de misiles convencionales y nucleares con alcance de entre 500 y 5 mil 500 kilómetros.

En medio de acusaciones mutuas de incumplimiento, Washington y Moscú han decidido renunciar a sus obligaciones abriendo la posibilidad al desarrollo de nuevos misiles vetados por el tratado.

Stoltenberg aseguró que la posición rusa supone una “amenaza significativa para la seguridad trasatlántica”, al tiempo que hizo un llamado al Kremlin para que vuelva a cumplir con sus obligaciones , recordando que tiene todavía una ventana de seis meses.

El titular de la OTAN no entró en detalles sobre cómo responderá la organización, pero subrayó que la respuesta al desmantelamiento del INF será consensuada. Hay temor de fractura al interior del bloque, existe la probabilidad de que algunos países pidan el regreso de los misiles estadounidenses a suelo europeo y otros se opongan.

Por lo pronto, reportó que está tomando forma el plan conocido como “los cuatro 30”, el cual pretende ser operativo para el 2020 y consiste el desarrollo de capacidades para el despliegue en un plazo no mayor a los 30 días de 30 escuadrones de aviones de combate, 30 batallones mecanizados y 30 navíos de guerra.

El riesgo de una nueva escalada de misiles convencionales y nucleares en territorio europeo tiene lugar en la antesala de la conmemoración del 70 aniversario de la Alianza Atlántica.

Washington

será en abril el anfitrión de una ministerial en la que se evaluará la nueva estrategia de seguridad, al tiempo que se pasará revista a los incrementos en el gasto militar de los países miembros, una demanda recurrente del presidente estadounidense Donald Trump y que es motivo de confrontación con sus homólogos europeos.

El jefe aliado informó que hay un significativo incremento en el gasto armamentista, reportó que Canadá y los países europeos desembolsarán 100 mil millones de dólares adicionales para el 2020.

Desde la invasión rusa de la península ucraniana de Crimea en 2014, los presupuestos militares han ido a la alza en Europa, con un incremento ligeramente más pronunciado a partir de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, particularmente en Rumania, Turquía, Polonia, Noruega, Holanda, Hungría, República Checa, Francia, Alemania, Dinamarca y Bulgaria.

Sin embargo, solo Reino Unido, Estonia, Letonia y Grecia (gran parte de gasto de este país es para cubrir pensiones) cumplieron en 2018 con el compromiso colectivo de destinar el 2 por ciento de su PIB a defensa. Polonia Lituania y Rumania se quedaron ligeramente cortos.

lsm

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