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San José. – Ejecutivas de empresas, obreros de construcción, empleados públicos, estudiantes universitarios, tecnócratas de cuello blanco, deportistas, comerciantes, pordioseros, predicadores… mujeres y hombres que se dedican a las más diversas tareas económicas recurren a diario a los “metros” de México, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Brasil, Chile, Argentina, República Dominicana y Puerto Rico y democratizan la convivencia social.
El transporte en los 11 países de América Latina y el Caribe que tienen el sistema del Metro evidenció una creciente fuerza de repercusión social en el siglo XXI: de movilizar a 4 mil 986 millones de pasajeros en 2012 subió a 5 mil 914 millones en 2017, en una red que aumentó de 809 kilómetros en 2013 a mil 343,9 kilómetros en 2022, según los registros oficiales.
La oferta latinoamericana y caribeña varía por factores que oscilan desde el más antiguo, fundado en 1913 en Buenos Aires, hasta el más nuevo, inaugurado en 2022 en Quito, o por cantidad de estaciones, líneas, longitud, expansión y capacidad, pero todos están expuestos a un escenario de eventualidades.
Una fuente de esta industria transportista en Chile que se negó a ser citada para este reporte rechazó que este sector empresarial—público, privado y mixto—está rodeado de secretismo y recurrió a un “pero” al negarse a contestar las dudas por atropellos, choques, vandalismo, sabotaje, incendios y otras eventualidades.
El “aspecto político genera” un impacto en la “toma de decisiones” con una “proyección con efectos burocráticos perjudiciales”, alegó, al resistirse a compartir datos esenciales como monto de presupuestos, respuestas frente a emergencias, investigación de incidentes y otros datos paralelos y afines, como la inversión financiera en mantenimiento y prevención.
Las cifras de movimiento de pasajeros sobre los 11 países, que tampoco están accesibles en conjunto para todos los años, evidenciaron que el rubro se afianzó com0 una opción crucial para el transporte en América Latina y el Caribe.
Con unos dos millones de habitantes y como la ciudad más poblada de Venezuela, el Metro de Caracas, en operaciones desde 1975, registró unos 358 millones de viajeros en 2020 a lo largo de sus 52 estaciones, cinco líneas y 67 kilómetros.
Sao Paulo, con unos 12,3 millones de habitantes y como la urbe más poblada de Brasil, sumó 797 millones de viajantes en 2021 en sus 187 estaciones, 13 líneas y cubra una distancia de 377 kilómetros en un Metro que inició tareas en 1974.
Uno de los más nuevos es el de Ciudad de Panamá, ya que comenzó en 2014 y ahora tiene dos líneas, 29 estaciones y 36 kilómetros de largo en una capital con uno 880 mil pobladores y que, en 2020, contabilizó 49.9 millones de pasajeros.
San Juan, principal ciudad de Puerto Rico y unos 400 mil habitantes, abrió su Metro en 2004 y en la actualidad cuenta con 16 estaciones, una línea y unos 22 kilómetros de longitud, mueve cada día a unos 36 mil 280 pasajeros para completar al año unos a 13,2 millones.
El escenario mostró una progresiva significación del Metro como pieza vital del transporte en el hemisferio occidental.
El panorama coincidió con el agravamiento desde al menos 2021 de los conflictos en el Metro de la Ciudad de México, abierto en 1969, con 195 estaciones, 12 líneas, unos 200 kilómetros de longitud, unos 834 millones de pasajeros en 2021 y un reciente historial de contratiempos de todo tipo con un trasfondo político.
Un viaje por los informes sobre distintos percances sufridos por los métodos similares de transporte en las 11 naciones reconfirmó que, por su índole, el sistema está expuesto a múltiples controversias ocasionales o circunstanciales.
“Así quedó el ascensor de Irarrazábal”, en la Línea 5 del Metro de Santiago de Chile, tuiteó la empresa estatal chilena que opera ese servicio metropolitano al publicar una fotografía sobre los daños sufridos el 2 de febrero anterior en una de sus instalaciones. El elevador “fue vandalizado (…) por comerciantes ambulantes, quedando fuera de servicio. Cuidemos nuestros ascensores (…) que son importantes para quienes más lo necesitan”, describió.
En la noche del 27 del mes pasado tuiteó que “estamos con un corte de corriente” en un tramo de la Línea 1 y narró que fue provocado por “personas no autorizadas que bajaron a la vía” a elaborar un grafiti sobre un tren.
“Pronto restableceremos”, aclaró. El Metro de Chile fue inaugurado en 1975, dispone de 136 estaciones, siete líneas y 140 kilómetros y movilizó a unos 263 millones de personas en 2020.
En este contexto, el mantenimiento emergió como elemento vital. Fundado en 1995, ya con 27 estaciones, dos líneas, un recorrido de 31 kilómetros en lo que es la segunda ciudad de Colombia, con 2,5 millones de habitantes, el Metro de Medellín anunció el 30 de enero de este año que ahorró 13 millones de dólares al innovar en tareas para homologar piezas y reparar componentes.
Medellín se consolidó como la envidia de Bogotá: aunque es la principal urbe de Colombia, con unos 0cho millones de pobladores, la capital todavía carece de Metro y todo su proceso de construcción todavía está sometido a las pugnas en las más importantes esferas colombianas del poder político.
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