Kurashiki.— Al menos 141 personas murieron y 10 permanecen desaparecidas en Japón, mientras equipos de rescate continúan la búsqueda de sobrevivientes luego de que lluvias torrenciales desencadenaran las peores inundaciones y deslaves que el país haya registrado desde 1983.

Las precipitaciones récord registradas desde el jueves en regiones del sur, el centro y el oeste del archipiélago nipón han causado graves daños en miles de viviendas e infraestructuras, provocando la evacuación de decenas de miles de personas y dejando aisladas a poblaciones enteras.

El jefe de gabinete, Yoshihide Suga, mencionó que el primer ministro Shinzo Abe canceló su gira a Europa y Medio Oriente, prevista para esta semana, con el fin de coordinar las tareas de asistencia a las víctimas y visitar las zonas afectadas. Autoridades aseveraron que aún es pronto para medir el impacto económico del desastre.

Advirtieron del peligro de chubascos y tormentas eléctricas, además de más desmoronamientos debido a la saturación de las laderas durante el fin de semana.

La lluvia paró en la región occidental ayer y un sol abrasador elevó la temperatura por encima de los 30 grados Celsius, alimentando los temores de una ola de calor en áreas que han quedado sin electricidad o agua.

“No podemos bañarnos, el inodoro no funciona y nuestra reserva de alimentos está bajando”, dijo Yumeko Matsui, cuya casa en la ciudad de Mihara, en Hiroshima, ha estado sin agua desde el sábado. “El agua embotellada y el té embotellado desaparecieron de las tiendas”, dijo otra persona en una estación de suministro de agua de emergencia.

Hasta ayer, había 141 víctimas mortales, 3 heridos graves y 10 desaparecidos, la mayoría de ellos en las localidades de Hiroshima, Okayama y Ehime, según datos de las autoridades locales y la cadena NHK.

Cerca de 73 mil efectivos del Ejército, la policía y los bomberos continúan con las operaciones de búsqueda de desaparecidos y de rescate de personas que se refugiaron en techos de edificios inundados, tareas en las que participan también 73 helicópteros y decenas de embarcaciones.

La mayoría de los muertos y desaparecidos fueron arrastrados por las crecidas de ríos o desbordes de diques, también se teme que se encuentren atrapados en derrumbes de edificios provocados por las precipitaciones, que alcanzaron los mil 600 milímetros acumulados en algunos puntos, el mayor nivel registrado desde 1976.

Las autoridades niponas recomendaron la evacuación de 5.9 millones de ciudadanos de 19 localidades durante el fin de semana, y el domingo más de 30 mil personas pasaron la noche en refugios, según datos del gobierno.

En la localidad de Mabicho (Okayama), una de las más castigadas, alrededor de dos tercios de su superficie quedaron totalmente inundados en cuestión de horas, lo que empujó a un millar de personas a refugiarse en los techos o azoteas de las 4 mil 600 viviendas que fueron engullidas por el agua y el barro.

La Agencia Meteorológica de Japón retiró el nivel máximo de alerta en las zonas afectadas, aunque mantiene los avisos por inundaciones y deslaves. El Ministerio de Territorio, Infraestructura, Transporte y Turismo emplea camiones de drenaje para extraer el agua de las zonas anegadas, aunque esta tarea podría tardar dos semanas en completarse. Las lluvias también provocaron la suspensión de líneas ferroviarias y el cierre de carreteras, interrupciones que continuaron durante la jornada de ayer.

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