La Guardia Costera de Estados Unidos perseguía el domingo a otro petrolero sancionado en el mar Caribe, mientras el gobierno de Donald Trump parecía estar intensificando sus ataques contra este tipo de buques vinculados al gobierno venezolano.
La persecución del petrolero, que fue confirmada por un funcionario estadounidense informado sobre la operación, se produce después de que la administración estadounidense anunciara el sábado que había incautado un petrolero por segunda vez en menos de dos semanas.
El funcionario, que no estaba autorizado a hacer comentarios públicos sobre la operación en curso y habló bajo condición de anonimato, dijo que la persecución del domingo involucró “un buque de la flota oscura sancionado que es parte de la evasión ilegal de sanciones de Venezuela”.

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El funcionario dijo que el barco navegaba bajo bandera falsa y estaba bajo una orden judicial de incautación.
La persecución del petrolero por parte de la Guardia Costera fue reportada primero por Reuters.
La incautación ocurrida antes del amanecer del sábado de un buque con bandera panameña llamado Centuries tenía como objetivo lo que la Casa Blanca describió como un “buque con bandera falsa que opera como parte de la flota fantasma venezolana para traficar petróleo robado”.
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La Guardia Costera, con la ayuda de la Armada, incautó el 10 de diciembre un petrolero sancionado llamado Skipper, otro miembro de una flota fantasma de petroleros que, según Estados Unidos, opera al margen de la ley para transportar carga sancionada. Ni siquiera enarbolaba la bandera de ningún país cuando fue incautado por la Guardia Costera estadounidense.
Tras esa primera incautación, Trump prometió que Estados Unidos implementaría un “bloqueo” a Venezuela. Todo esto ocurre mientras Trump ha intensificado su retórica hacia Maduro y ha advertido que los días del veterano líder venezolano en el poder están contados.
La semana pasada Trump exigió a Venezuela que devuelva los activos que confiscó a compañías petroleras estadounidenses hace años, justificando nuevamente su anuncio de un “bloqueo” contra los petroleros que viajan hacia o desde el país sudamericano y que enfrentan sanciones estadounidenses.
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Trump mencionó la pérdida de inversiones estadounidenses en Venezuela al ser preguntado sobre su nueva táctica en la campaña de presión contra Maduro, sugiriendo que las acciones del gobierno republicano están, al menos en parte, motivadas por disputas sobre inversiones petroleras, junto con acusaciones de narcotráfico. Algunos petroleros sancionados ya están desviando sus barcos de Venezuela.
Las compañías petroleras estadounidenses dominaron la industria petrolera venezolana hasta que los líderes del país decidieron nacionalizar el sector, primero en la década de 1970 y nuevamente en el siglo XXI bajo el mandato de Maduro y su predecesor, Hugo Chávez. La compensación ofrecida por Venezuela se consideró insuficiente, y en 2014, un tribunal de arbitraje internacional ordenó al gobierno socialista venezolano pagar mil 600 millones de dólares a ExxonMobil.
El ataque a los petroleros ocurre mientras Trump ha ordenado al Departamento de Defensa que lleve a cabo una serie de ataques contra buques en el Caribe y el Océano Pacífico oriental que, según su administración, están contrabandeando fentanilo y otras drogas ilegales a Estados Unidos y más allá.
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Al menos 104 personas han muerto en 28 ataques conocidos desde principios de septiembre.
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