Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó ayer el despliegue de elementos de la Guardia Nacional, un cuerpo de reservistas de las Fuerzas Armadas, en la frontera con México.

El mandatario firmó una orden para desplegar “lo antes posible” un número sin determinar de efectivos que no portarán armas ni podrán hacer tareas de detención migratoria o aduanera, pero estarán presentes en la zona.

“La seguridad de Estados Unidos está en peligro por la explosión drástica de la actividad ilegal en la frontera sur”, se lee en el memorando firmado por Trump. Para el presidente, la situación que se vive en la frontera por culpa del narcotráfico, los inmigrantes y las bandas criminales ha llegado a un “punto de crisis” que ha llevado a su gobierno a “no tener otra opción que actuar”.

El despliegue será similar a los que ya ordenaron George W. Bush, en 2006, y Barack Obama, en 2010.

La Casa Blanca no quiso dar detalles específicos del número de efectivos que desplegará ni de los plazos para hacerlo, ya que para eso se deben coordinar primero con los gobernadores de estados fronterizos, de los que depende la Guardia Nacional.

Además, Trump dio 30 días al Pentágono, al Departamento de Seguridad Nacional y al Departamento de Justicia para presentar un plan con “recomendaciones específicas” para defender la frontera.

La decisión de Trump de enviar a la Guardia Civil a la frontera llega como mensaje para su base, para demostrar su compromiso con la seguridad tras el fracaso de conseguir los fondos deseados para la construcción de su propuesta más prometida: el muro.

Además, coincide con un repunte estacional de las detenciones de inmigrantes indocumentados en la frontera, tras el desplome del año pasado por el “efecto Trump”, el mensaje antiinmigrante que habría disuadido a centroamericanos de intentar el cruce de la frontera. Ahora, el efecto habría desaparecido.

El fiscal general, Jeff Sessions, indicó en un comunicado que las noticias de la caravana de hondureños que cruzaba México para llegar a EU, fue un factor para tomar la decisión. El gobernador de Arizona, el republicano Doug Ducey, dio la “bienvenida” a la propuesta que calificó como necesaria.

En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores indicó que el canciller Luis Videgaray conversó con la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien le informó sobre aspectos del despliegue de la Guardia Nacional en la frontera con México y precisó que los elementos realizarán sólo labores de apoyo al Departamento de Seguridad Nacional.

Antes, el presidente Enrique Peña Nieto dijo que su gobierno esperaría a que EU aclarara su decisión de desplegar fuerzas, lo que pasó después. Por separado, el Senado aprobó urgir que México suspenda la relación bilateral en materia de migración y lucha contra la delincuencia organizada transnacional, hasta que Trump “se conduzca con la civilidad y el respeto que el pueblo de México merece”.

En un pronunciamiento aprobado por unanimidad, el Senado exigió respeto al presidente Trump, por primera vez en la historia binacional, y le reprochó que se ha comportado de manera “inaceptable e intolerable” con el pueblo mexicano. Agregó que esta estrategia pone en riesgo el TLC.

El presidente del Senado, Ernesto Cordero (PAN), instruyó que el pronunciamiento se entregue a la oficina del presidente de EU, todos los congresistas estadounidenses y Gobernación.

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