Washington.— La decisión del presidente Donald Trump de aplicar la política de Tolerancia Cero que llevó a la separación de familias de inmigrantes en la frontera con México tomó por sorpresa a las agencias de su propio gobierno, que no estaban preparadas para lidiar con las consecuencias, determinó un informe del Congreso publicado ayer.

La averiguación de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (conocida como GAO), entidad no partidista, revela las consecuencias de haber decretado un cambio radical de las normas sin consultar con las agencias encargados de implementarlo. Sin embargo, no incluye recomendación alguna.

“Los funcionarios nos dijeron que sus agencias no tomaron las medidas adecuadas porque no se les había avisado”, indicó la GAO. “Los funcionarios que entrevistamos nos dijeron que se enteraron de la directriz emitida en abril del 2018 [sobre Tolerancia Cero]”, sólo cuando fue anunciada al público.

El 6 de abril, Trump decretó el fin de la política de “atrapar y soltar”, por la que los migrantes en la frontera tras ser detenidos podían quedar en libertad mientras tramitaban sus solicitudes migratorias. El fiscal Jeff Sessions ordenó a los fiscales generales adoptar una política por la cual los padres detenidos no podían cuidar de sus niños, por lo que cientos de familias quedaron separadas.

El documento se enfoca en agencias del Departamento de Seguridad Nacional como la de Inmigración y Aduanas y la Patrulla Fronteriza que es parte del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, y la Agencia de Reubicación de Refugiados. “Los albergues transformaron espacios antes usados para aulas de niños más grandes, en espacios para alojar a pequeños menores de 5 años, para lo cual tuvieron que agregar cunas y sillas y mesas más pequeñas y juguetes”, dijo el reporte. El gobierno terminó revocando la política y un tribunal le ordenó reunificar a las familias.

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