Washington.— El presidente Donald Trump abogó ayer por el rápido reemplazo, la próxima semana, de la fallecida jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, un ícono de la izquierda, lo cual abrió un potencial campo de disputa en la recta final a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Declaró que la próxima semana tomará su decisión sobre quién ocupará la vacante. “Si alguien me preguntara ahora, diría que una mujer estaría en primer lugar”, dijo Trump.

La Casa Blanca quiere anunciar al nominado de Trump antes del primer debate presidencial, a menos de dos semanas, dijo a CNN un asesor del mandatario. El primer enfrentamiento del presidente contra el candidato demócrata, Joe Biden, está programado para el 29 de septiembre. Trump parece decidido a proceder a una nominación que puede desnivelar en favor de los conservadores la integración de la Corte.

La jueza RBG, como se la conocía, murió el viernes tras un cáncer de páncreas y generó una ola de consternación, pero también despertó preocupación. Los ocho jueces de la Corte lamentaron el deceso en comunicados, en los que la describieron como una pionera por la igualdad de género y como una “heroína estadounidense”.

Grupos defensores de los derechos de las mujeres lloraron la pérdida de su ídolo, “un gigante de la ley” y “una fuente de inspiración para millones de mujeres”, al tiempo que hicieron sonar las alarmas.

“Honramos su legado, pero (...) tendremos que luchar para preservar los ideales que defendió durante toda su vida”, advirtió Alexis McGill Johnson, que preside la poderosa organización Planned Parenthood.

“Ruth Bader Ginsburg fue un ícono, una pionera, una heroína, una leyenda. Su ejemplo debería inspirarnos en los difíciles días que se avecinan”, dijo Shaunna Thomas, directora del grupo feminista UltraViolet.

Demócratas, en guardia

Joe Biden y el expresidente Barack Obama se pusieron en guardia. “Los electores deben elegir al presidente y el presidente debe proponer un juez al Senado”, dijo Biden, quien ya se comprometió a nombrar a la primera mujer negra para la Corte.

La campaña de Biden cree que la muerte de Ginsburg sólo agudiza el enfoque para ellos y sus partidarios, creyendo que, en última instancia, a los estadounidenses les importa menos quién se sienta en la Corte y más sobre los temas que considerarían. Obama instó a Trump a abstenerse de hacer una nominación hasta que los votos estén depositados. Además, pidió a los republicanos que esperen, diciendo que “un principio básico de la ley y de la justicia diaria es que apliquemos las reglas con coherencia y no basándonos en lo que es conveniente o ventajoso en el momento”. Cuando Antonin Scalia murió hace cuatro años, la Corte estaba dividida entre cuatro liberales y cuatro conservadores.

“Hace cuatro años y medio, cuando los republicanos se negaron a celebrar una audiencia o votar a favor o en contra de Merrick Garland, inventaron el principio de que el Senado no debería ocupar un puesto vacante en la Corte Suprema antes de que jurara un nuevo presidente”.

El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, dijo el viernes que “el candidato del presidente Trump recibirá una votación en el pleno del Senado”. McConnell solicitó a sus colegas que no decidan nada hasta que él pueda reunirse con ellos. Por la noche, Susan Collins, de Maine, se convirtió en la primera senadora republicana en decir que debe elegir el próximo presidente. Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado, dijo que la vacante “no debería cubrirse hasta que tengamos un nuevo presidente”.

“Es difícil ver cómo esto no ayuda políticamente a Trump”, dijo el estratega republicano Alex Conant. “Biden quiere que esta elección sea un referéndum sobre Trump. Ahora va a ser un referéndum sobre el que nomine a la Corte Suprema”.

“Las implicaciones para las elecciones al Senado podrían ser profundas”, dijo el estratega demócrata Bill Burton. “La carrera presidencial verá una rotación inmediata, pues los activistas de ambos lados tendrán una nueva energía (...) La pregunta persistente será si las grandes protestas alrededor del Capitolio y el país inflamarán una energía tan vigorosa que conduzca a terribles enfrentamientos”, declaró.

El experto en estudios constitucionales del Instituto Cato, Ilya Shapiro, explicó que la Corte “juega un papel enorme en la vida política de Estados Unidos, pues el poder se ha centralizado en Washington y después se ha inclinado hacia el Ejecutivo, con demasiados conflictos que deben resolverse por el Poder Judicial en vez del Congreso”.

Ayer, medios de EU barajaban los nombres de Amy Coney Barrett, jueza de la corte federal de apelaciones; Barbara Lagoa, de 52 años y que es jueza de la Corte de Apelaciones para el Undécimo Circuito con sede en Georgia, y Allison Rushing, de 38 años y jueza en la Corte de Apelaciones para el Cuarto Circuito, en Virginia.

La muerte de la jueza Ginsburg significa que la Corte juzgará las disputas postelectorales. Afectará a algunos de los principales casos, incluido el Obamacare.

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