Managua.— Nuevos ataques de la policía y fuerzas paramilitares contra manifestantes civiles ocurrieron ayer en las ciudades nicaragüenses de Jinotega y Masaya, al oriente de la capital, y se cobraron la vida de dos personas, informaron fuentes religiosas y de derechos humanos.

Alvaro Leiva, director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH, independiente), dijo que un hombre de 60 años murió en el barrio Monimbó de Masaya, tras recibir un balazo en el pecho disparado por un francotirador. Otras dos personas resultaron heridas, agregó.

“La situación en Masaya es de crisis, es muy grave, de profunda violación a los derechos humanos. Estamos llamando al mundo que ponga su atención sobre Masaya, ¡basta ya de tanta sangre derramada!”, exclamó Leiva al canal 15 de televisión (privado).

Según el activista, en lo que va de junio la ANPDH contabiliza 12 muertos y un herido muy grave solamente en Masaya, ciudad que permanece bajo control de pobladores y estudiantes que exigen la renuncia del presidente Daniel Ortega. Yubran Suazo, vocero del movimiento estudiantil en Masaya, dijo que la policía atacó a tiros varios “tranques” (retenes).

“Hemos estado bajo ataque permanente desde las 12 del mediodía”, indicó el dirigente estudiantil. El director de la ANPDH confirmó que otra persona murió en la norteña ciudad de Jinotega, a 140 kilómetros de Managua, donde se reportan “un sinnúmero de heridos” entre la población.

“Qué horror, este gobierno matando a su pueblo”, denunció en un tuit la escritora nicaragüense Gioconda Belli.

En la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), un grupo de jóvenes que se mantenía atrincherado abandonó el campus, para manifestarse en las calles contra Ortega. En un comunicado, los alumnos recordaron que resistieron ataques mortales y denunciaron que descubrieron infiltrados del gobierno, pero dijeron que la lucha seguirá.

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