Ciudad del Vaticano.— El papa Francisco lamentó ayer que los migrantes que huyen de sus países en conflicto encuentren “las puertas cerradas por el miedo y los corazones blindados de cálculos políticos”, durante su oración en la celebración del Viacrucis del Viernes Santo.

Francisco pronunció estas palabras frente al Coliseo de Roma y aprovechó para criticar también la codicia y el poder, y que haya familias que se vean “destruidas por la traición, por las seducciones del maligno o por el egoísmo”.

El líder religioso citó como las cruces del mundo la “de las personas hambrientas de pan y de amor”, la de las personas “abandonadas, incluso por sus propios hijos y parientes”, la de los “pueblos sedientos de justicia y paz” y la de “las personas que no tienen el consuelo de la fe”.

Más temprano, el papa Francisco escuchó a un predicador del Vaticano denunciar la inequidad extendida por el mundo durante la misa del Viernes Santo.

La misa es una de las pocas del año en las que el Pontífice no está a cargo del sermón, que quedó en manos del padre Raniero Cantalamessa, cuyo título es predicador de la sede papal.

Francisco escuchó cuando Cantalamessa describió a Jesús como “el prototipo y representante de todos los rechazados, los desheredados, los marginados de la Tierra, aquellos a quienes volteamos las caras para no verlos”. También afirmó que todas las religiones tenían el deber de defender a los pobres.

“Unos pocos privilegiados poseen más bienes de los que podrán consumir, mientras que por siglos enteros incontables personas pobres han tenido que vivir sin un pedazo de pan ni agua para darles a sus hijos”, dijo Cantalamessa. “Ninguna religión puede permanecer indiferente a esto porque el Dios de todas las religiones no es indiferente”, declaró.

“Quien rechaza a los gays no tiene corazón”. Además, se informó que el Papa afirmó que quien rechaza a los homosexuales “no tiene corazón humano”. Se indicó que realizó las declaraciones en una conversación con el comediante Stephen K. Amos.

La BBC publicó en las redes sociales un adelanto de esta conversación en la que se puede ver a Amos explicando al papa Francisco que no es creyente y que viajó a Roma “buscando respuestas y fe”. “Pero, como hombre gay, no me siento aceptado”, le dijo.

El líder religioso respondió: “Todos somos seres humanos, tenemos dignidad. Si una persona tiene una tendencia u otra, esto no le quita la dignidad como persona”.

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