María Salomé, la "santa" a la que le rezan prostitutas y ladrones en Bogotá

Entre la superstición y la leyenda, el nombre de María Salomé resuena entre ladrones, prostitutas y trabajadores que rinden culto a las ánimas.

Ellos le rezan y le dejan flores, velas y placas de agradecimiento por los favores que les ha concedido.

Inicialmente, su tumba se situaba en el Cementerio Central de Bogotá . Sin embargo, sus restos fueron trasladados al Cementerio del Sur, según se sabe, por las ‘romerías’ que se hacían en la tumba.

Visitantes creyentes de las ánimas le piden favores. Según se cuenta, a su sepulcro llegan quienes trabajan en la vida nocturna (ladrones, prostitutas y hasta vendedores) para pedirle protección divina y favores a la ‘Santa del pueblo’.

Entre lo popular y lo religioso

“Os prometo, oh bendita Salomé, ser siempre devoto vuestro, no cesar de honraros como a mi poderoso protector, con todas mis energías intelectuales y morales y fomentar vuestra devoción”, es un fragmento de la oración que los creyentes le hacen a su patrona.

Sobre quién era en vida María Salomé hay varias versiones y algunos rumores. En principio, el culto a esta ánima comenzó a mediados del siglo pasado.

La leyenda popular señala que era una prostituta. Después de su muerte, un hombre se acercó a pedirle ayuda en la tumba, ubicada entonces en el Cementerio Central, tras perder una jugosa cantidad de dinero en una apuesta.

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Luego de pedirle el favor, se dice que el sujeto se encontró un billete con el que compró la lotería y se la ganó. Desde ese entonces ‘la voz corrió’ y más personas comenzaron a rezarle por ayuda y protección divina.

Ahora su tumba está cubierta de placas de agradecimiento que colocaron quienes, según dicen, recibieron ayuda o uno que otro ‘milagro’.

Incógnita sobre su vida

Unos dicen que su madre la asesinó al darse cuenta que María Salomé era una prostituta. Otros rumoran que tenía un marido abusador, quien la obligaba a vender su cuerpo y tras ello murió por una enfermedad venérea.

Algunas personas alejan su memoria de la tragedia: afirman que su Santa Patrona sí fue prostituta, pero al envejecer solo se dedicó a ‘vender estampitas de los santos’ fuera del cementerio.

Quienes han visitado el camposanto, afirman que en la entrada hay una mujer que asegura ser la nieta del ánima y, justamente, vende oraciones y estampas de María Salomé.

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La presunta nieta también tiene su propia versión de la historia: ella cuenta que su ‘abuela’ fue una campesina común que falleció, en 1955, por una afección en los riñones.

Entre el bien y el mal

El sacerdote Luis Peñuela, capellán del cementerio del Sur, le contó al diario ‘La Patria’ que los lunes suele hacer misas, solicitadas por los peregrinos, frente a aquella tumba.

También se cuenta que María Salomé no solo protege a los ‘creyentes,’ pues hace favores para contrarrestar maleficios y todo tipo de malestares que acechan a quienes claman por su ayuda.

El capellán afirmó que han encontrado objetos extraños frente a su tumba, así como “aguas raras”. En todo caso, los vestigios de los diversos rituales que llevan a cabo los creyentes en la mujer.

‘Acción de gracias a María Salomé por el favor recibido’, es lo que se lee en la mayoría de placas que cubren el concreto en la superficie del sepulcro.

A pesar de todos los rumores, que suelen traspasar el umbral cada vez más delgado entre la realidad y la ficción, esta alma sigue siendo la patrona que brinda protección a quienes trabajan en las noches y las madrugadas. También aleja a los hombres malintencionados y ayuda a los menos afortunados.

Independiente de la comprobación de los misterios que rodean su ‘vida y obra’ (e incluso su vida, su obra y su muerte), María Salomé hace parte del folclor popular y se une al extenso listado de ‘fallecidos ilustres’ que desde sus tumbas reciben a uno que otro caído en desdicha que requiere una mano. Una ayudita.

Cualquier cosa que se pueda hacer desde ese desconocido ‘más allá’.

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agv