Bruselas

“Siempre sigue caminando sobre las piedras pequeñas, no te hagas más grande de lo que eres”, fue la lección más importante heredada a Mark Rutte por su padre, a quien perdió en la década de los 80.

A sus 51 años, el oriundo de la ciudad de La Haya sigue aplicando esa regla de oro, incluso como líder de una de las naciones más sofisticadas y competitivas del mundo.

Para muchos analistas políticos, desde que asumió el cargo de primer ministro de los Países Bajos en 2010, ha sido un ejemplo de modestia.

Como algunos de sus predecesores, renunció a vivir en Catshuis, la residencia oficial del primer ministro desde 1963. El lujoso complejo se ubica en el corazón de uno de los principales pulmones ecológicos de La Haya, el bosque de Zorgvliet.

La residencia es administrada por el Ministerio de Asuntos Generales y en lugar de albergar al premier, actualmente es utilizada para recibir visitas de jefes de Estado o como espacio de trabajo del jefe de gobierno y su equipo cuando se requiere operar con la máxima privacidad.

En vez de los lujos y las atenciones ofrecidas en Catshuis, el historiador egresado de la Universidad de Leiden ha preferido vivir en su sencillo domicilio localizado en Benoordenhout, un vecindario multifamiliar de la ciudad. Ahí radica desde 1999 a pesar de tener un ingreso mensual de 13 mil 290 euros, incluyendo bono de vacaciones y aguinaldo.

En reiteradas ocasiones Rutte ha dicho no estar interesado en mudanzas y que la vivienda no forma parte de su carrera profesional. Además, si cambia de domicilio no podría ir al trabajo en bicicleta. Tampoco está interesado en autos. El único coche de su propiedad es en viejo Saab azul oscuro. Rutte, quien de niño soñó con ser bombero y después pianista, es optimista por naturaleza, le gusta hacer bromas, es cercano a la infancia y siempre maneja el mismo estilo de ropa: camisa blanca, saco azul y chaqueta gris. Es soltero y no tiene hijos. En diversas entrevistas ha declarado que ha intentado llevar una vida normal a la par de sus responsabilidades políticas; usa traje deportivo cuando está frente al televisor y le gusta ir a conciertos de música popular en su tiempo libre.

“Tienes que seguir viviendo la vida, uno también necesita momentos para relajarse”, sostuvo en una entrevista realizada hace dos años ante la cadena pública NPO respondiendo a cuestionamientos de la infancia.

En un video divulgado el mes pasado y que fue viral en las redes sociales, Rutte aparece limpiando con un trapeador el café que él mismo derramó al entrar a un vestíbulo del Parlamento naranja.

Rutte será humilde, pero no un populista. Durante sus tres mandatos los apoyos sociales han retrocedido como parte de una rigurosa política de austeridad, por ejemplo la ayuda financiera a los jóvenes para acceder a la educación superior fue eliminada.

Además, como líder del Partido Liberal (VVD), es un firme defensor de la competencia y los mercados abiertos. El lunes pasado visitó la Casa Blanca y ante la prensa interrumpió a Donald Trump diciendo: “No”, cuando el mandatario estadounidense aseguraba que en caso de no llegar a una solución comercial con la Unión Europea sería “positivo”.

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