Adolfo Soto, un directivo de OHL México, confirmó a la Guardia Civil española que la matriz mexicana de la constructora “de una manera inusual recibió las órdenes” para ingresar 2.5 millones de dólares relacionados con un caso de corrupción en España.

Por medio de las filiales mexicanas Constructora de Proyectos Viales (CPVM) y OHL Sucursal México, el dinero fue depositado en Suiza el 22 de noviembre de 2007, en una cuenta de la sociedad panameña Lauryn Group Inc controlada por Adrián de la Joya. Este empresario había reconocido ya que un alto cargo de OHL le pidió que hiciera llegar esos fondos a uno de los hombres de confianza del entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y que el objetivo era comprar la voluntad de políticos para que OHL ganara en España el concurso público para construir una línea de tren.

Adolfo Soto es uno de los seis empleados de nivel intermedio que han declarado como testigos en los dos últimos meses en la investigación abierta contra dirigentes de OHL.

Las declaraciones forman parte de la Operación Lezo, una gran investigación sobre una trama de corrupción en las instituciones públicas de Madrid, en la que el supuesto cabecilla era Ignacio González.

De la Joya confesó que él debía servir de enlace entre OHL e Ildefonso de Miguel (hombre de confianza de González) para que éste le otorgara a la constructora las obras ferroviarias entre dos localidades madrileñas que 10 años después se han declarado irrealizables. De la Joya cobró los 2.5 millones de OHL México en su cuenta del banco suizo Anglo Irish Bank.

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