Kabul.— Dos fuertes explosiones, seguidas por detonaciones menores y disparos, sacudieron anoche la capital de Afganistán, donde murieron cuatro personas y otras 20 resultaron heridas.

Las explosiones se produjeron mientras el ejército afgano trata de proteger tres ciudades asediadas por los talibanes, pidiendo incluso la evacuación de Lashkar Gah, en el sur, para contraatacar “duramente” a los insurgentes que han penetrado en su interior.

En Kabul, lejos a priori del campo de batalla, un coche-bomba estalló por la tarde en el centro de la ciudad, cerca de la residencia del ministro de Defensa Bismillah Mohammadi, quien aseguró estar bien.

La fuerte explosión se escuchó en numerosos barrios de la capital y dejó una densa columna de humo en el cielo. Dos horas después, hubo una segunda gran detonación, seguida por otras de menor intensidad y disparos.

Según fuentes de seguridad afganas que pidieron quedar en el anonimato, los ataques causaron cuatro muertos y 20 heridos.

El portavoz del Ministerio de Interior afgano, Mirwais Stanekzai, indicó que “los terroristas detonaron un coche lleno de explosivos” y que varios asaltantes “entraron en casas y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad”.

Horas después, dio el ataque por terminado y aseguró que “todos los asaltantes fueron abatidos”. Estados Unidos condenó los “atentados” y, aunque evitó atribuirlo a algún colectivo, el portavoz de su diplomacia, Ned Price, aseguró que “llevan todo el sello” de los talibanes.

Una fuente de seguridad afgana señaló que algunos asaltantes habían entrado en la casa de un diputado donde varios parlamentarios preparaban un plan para contrarrestar la ofensiva talibán. Pese a las explosiones y el fuego cruzado, multitudes salieron a las calles de Kabul y a sus azoteas para lanzar cánticos de “Muerte a los talibanes” y en apoyo de las fuerzas afganas que tratan de frenar su ofensiva en tres capitales provinciales.

El ultraconservador grupo islámico se hizo con el control de numerosas zonas rurales desde que las fuerzas extranjeras anunciaran su retirada de Afganistán a principios de mayo, pero están encontrando una mayor resistencia en las capitales provinciales, que el gobierno prometió defender a toda costa.

Desde hace días, asedian Kandahar y Herat, segunda y tercera ciudades del país, además de Lashkar Gah.

En esa ciudad de 200 mil habitantes, capital de la provincia de Helmand (sur), el ejército pidió a sus residentes la evacuación “lo antes posible” para poder “enfrentar” y “combatir duramente” a los insurgentes.

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama) había lamentado previamente la muerte de al menos 40 civiles y 118 heridos en las últimas 24 horas en los combates en esa ciudad.

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