Nueva York.— El equipo de defensa de Donald Trump atacó ayer la credibilidad del exeditor del National Enquirer David Pecker, primer testigo de la fiscalía en su caso por falsificar documentos contables para ocultar noticias comprometedoras, buscando desacreditar un testimonio que detalla un plan entre el republicano y el tabloide para enterrar historias negativas y proteger la campaña presidencial del republicano en 2016.

Pecker fue interrogado sobre su memoria y declaraciones pasadas mientras la defensa intentaba encontrar lagunas en un testimonio potencialmente crucial para los fiscales en el primer juicio penal del exmandatario estadounidense.

Otros dos testigos siguieron a Pecker mientras los fiscales sentaban las bases de su caso sobre un pago de dinero por su silencio a la actriz porno Stormy Daniels, quien alegó un encuentro sexual con Trump. Rhona Graff, exasistente ejecutiva de Trump desde hace mucho tiempo, declaró al jurado que recordaba haber visto a Daniels en un área de recepción de la Torre Trump, aunque la fecha no estaba clara.

El testimonio de Pecker brindó a los miembros del jurado una impresionante mirada interna a la práctica del tabloide de comprar los derechos de las historias para que nunca vieran la luz.


Rhona Graff, exasistente ejecutiva del republicano Donald Trump,  testifica en el estrado de los testigos en el tribunal penal de Manhattan, en Nueva York. Foto: AP
Rhona Graff, exasistente ejecutiva del republicano Donald Trump, testifica en el estrado de los testigos en el tribunal penal de Manhattan, en Nueva York. Foto: AP

Trump, que ha negado haber actuado mal, criticó duramente a la fiscalía al salir del tribunal el viernes después de pasar la mayor parte de la semana en su papel de acusado penal en lugar de candidato político. Trump aprovechó los comentarios del presidente Joe Biden el viernes de que está dispuesto a debatir con Trump. El exmandatario dijo a los periodistas que está dispuesto a hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar.

Bajo interrogatorio, los abogados de Trump parecían estar sentando las bases para argumentar que cualquier trato que tuviera con Pecker tenía como objetivo proteger a Trump, su reputación y su familia, no su campaña. La defensa también intentó demostrar que el National Enquirer estaba publicando historias negativas sobre la rival de Trump en 2016, Hillary Clinton, mucho antes de una reunión de agosto de 2015 que es fundamental para el caso. Durante esa reunión, Pecker dijo que le comentó a Trump y al entonces abogado del magnate, Michael Cohen, que él sería los “ojos y oídos” de la campaña, y que notificaría a Cohen si escuchaba historias negativas sobre Trump.

Al ser interrogado por el abogado de Trump, Emil Bove, Pecker reconoció que en esa reunión no se mencionó el término “atrapar y matar”. En la reunión tampoco se discutió ninguna “dimensión financiera”, como que el National Enquirer pagara a personas en nombre de Trump por los derechos de sus historias, dijo Pecker.

Bove también confrontó a Pecker con las declaraciones que hizo a los fiscales federales en 2018 que, según el abogado defensor, eran “inconsistentes” con el testimonio del exeditor. Pecker dijo al jurado que Trump le agradeció durante una visita a la Casa Blanca en 2017 por su ayuda para enterrar dos pisos. Pero según notas que Bove leyó en el tribunal, Pecker dijo a las autoridades federales que Trump no le expresó ningún agradecimiento durante la reunión.

Los fiscales cuestionaron el argumento de la defensa de que el acuerdo de Trump con el National Enquirer no era inusual.

Al ser interrogado por un fiscal, Pecker reconoció que no había buscado historias anteriormente ni había trabajado con las fuentes de la compañía en nombre de un candidato presidencial ni había permitido a los mediadores políticos un acceso cercano a la toma de decisiones interna.

Tras el interrogatorio de Pecker, otros dos testigos subieron al estrado: Rhona Graff, mano derecha de Trump durante décadas, que confirmó que los números de teléfonos McDougal y Daniels estaban registrados entre sus contactos; y Gary Farro, quien habría ayudado a Cohen a enviar el dinero a Daniels. Su interrogatorio proseguirá el martes puesto que el lunes no hay audiencia.

Al llegar al tribunal, el expresidente republicano felicitó a su esposa Melania por su cumpleaños y dijo que se reuniría con ella al término de la audiencia de este juicio “horrible e inconstitucional”.

El magnate se queja de que mientras que él está obligado a pasarse el día entero en la corte, su posible rival Joe Biden está haciendo campaña.

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