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"Queremos igualdad de derechos, queremos mujeres en el gobierno".
Esa es la frase que coreaban el miércoles decenas de mujeres mientras se manifestaban por una calle en Kabul.
Un día antes, los talibanes habían anunciado su gabinete interino de ministros.
No hay mujeres en él y también han eliminado el Ministerio de Asuntos de la Mujer.
"No podemos aceptar esto, y por eso hemos salido a la calle", le dijo Sara (nombre cambiado) a la BBC.
Era la segunda manifestación en la que participó la semana pasada.
"Estábamos marchando pacíficamente. Luego vi que nos seguían cuatro o cinco vehículos con unos 10 combatientes talibanes en cada uno de ellos", dijo Jia (nombre cambiado), otro manifestante.
Las mujeres dicen que fueron detenidas, azotadas con látigos y golpeadas con porras que emiten descargas eléctricas.
"Me golpearon el hombro dos veces. Me dolía todo el cuerpo. Todavía me duele y no puedo mover el brazo", dijo Jia.
"Nos llamaron de todo. Me da vergüenza repetir las cosas que nos dijeron".
Los talibanes han dicho que están comprometidos con los derechos de las mujeres y no están en contra de que estudien o trabajen.
Pero desde que tomaron el control el 15 de agosto, les han pedido a todas las mujeres, excepto a las del sector de la salud pública, que se mantengan alejadas de de sus puestos hasta que la seguridad mejore.
La seguridad fue una de las razones que dio el grupo cuando estuvo en el poder en Afganistán en la década de 1990 para evitar que las mujeres trabajaran, y muchas, como Sara, temen que esta vez no sea diferente.
Solía trabajar como asesora en un departamento gubernamental y también dirigía su propio negocio.
Dice que su familia teme por su vida.
"Me dicen que no vaya a las protestas. 'Te van a matar' [los talibanes, me advierten]", cuenta.
"Me peleé con mi hermano para poder asistir a la marcha del miércoles, pero es importante que levantemos la voz", prosigue.
"No tengo miedo. Seguiré yendo cada vez, hasta que nos maten. Es mejor morir de una vez que morir gradualmente".
Jia está casada y tiene cuatro hijos, uno de ellos recién nacido.
A ella, en cambio, su familia la anima a protestar, dice.
"Los talibanes no estarán aquí por unos días. Van a quedarse. Necesitamos exigir nuestros derechos, no solo para nosotros, sino para las próximas generaciones, para nuestros hijos".
"Sabemos que los talibanes nos encontrarán y podrían atacarnos, pero no tenemos otra opción. Tenemos que continuar".
Durante las protestas en la ciudad de Herat a principios de esta semana murieron tres personas.
Los talibanes dispararon al aire para dispersar la multitud.
Hay muchos videos de los combatientes azotando a los manifestantes con látigos.
Los reporteros que cubrían las manifestaciones también fueron atacados.
Y en los últimos días, los talibanes parecen haberse vuelto más brutales.
Etilaatroz, una organización de noticias afgana que publica un diario, dijo que cinco de sus periodistas habían sido detenidos el miércoles.
Dos de ellos fueron golpeados tan brutalmente con cables que tuvieron que ser tratados en el hospital.
Anelise Borges, corresponsal de Euronews, le dijo a la BBC que su colega afgano había sido detenido por los talibanes durante más de tres horas el miércoles, cuando fueron a pedirles permiso para filmar una protesta.
"Lo abofetearon en la cara varias veces. Está aturdido por eso. Además le confiscaron su teléfono y su billetera", contó.
La BBC también habló con un periodista afgano que fue detenido mientras filmaba una protesta en Kabul el martes.
"Detuvieron a muchos manifestantes y periodistas. Me quitaron el teléfono, el micrófono y otros equipos. Me golpearon repetidamente, con las manos y los libros. Les dije que era periodista pero no me escucharon. Los vi golpeando a otros con armas. Borraron todos mis videos", dijo.
"La foto de la pantalla de mi teléfono era de un hombre y una mujer abrazados. Esto realmente enfureció a un comandante talibán que me golpeó con fuerza en la cara".
Dados estos ataques contra manifestantes y periodistas, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán dijo que "las autoridades de facto tienen la obligación de salvaguardar los derechos de todos los afganos sin violencia".
Los talibanes han respondido prohibiendo efectivamente las protestas.
Han dicho que los manifestantes deben obtener el permiso del Ministerio de Justicia, y luego los servicios de seguridad deben recibir información sobre el lugar y la hora de la protesta, e incluso las pancartas y eslóganes que se utilizarán.
Para Jia y Sara, exigir sus derechos se ha vuelto aún más difícil.
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