La policía catalana abatió ayer a Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta que el jueves mató a 13 personas en Barcelona en un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

Abouyaaqoub fue localizado en Subirats, a 60 kilómetros de Barcelona. De acuerdo con los Mossos, portaba un falso cinturón de explosivos cuando recibió los disparos. Algunos testigos aseguran que gritó “Allahu akbar” (“Dios es el más grande”, en árabe) antes de morir.

Con Abouyaaqoub han sido neutralizados (ocho de ellos muertos, y cuatro arrestados) los 12 terroristas responsables de los atentados del 17 y 18 de agosto, que dejaron un total de 15 muertos y 130 heridos. A pesar de ello, la operación aún sigue abierta.

Los Mossos d’Esquadra, la policía catalana, encontraron ayer a Abouyaaqoub gracias a la cooperación ciudadana. Una mujer les llamó después de reconocer en Subirats al joven de 22 años. Era buscado intensamente en España y varios países europeos a los que se creía que podía haber huido.

La sospecha de que existían nexos de los atentados de España con las redes terroristas europeas quedó reforzada al saber que Abdelbaki Es Satty, el imán que presuntamente radicalizó a los jóvenes catalanes, viajó abundantemente por Francia, Marruecos y Bélgica, donde intentó instalarse.

La policía científica ha confirmado que Abouyaaqoub fue el conductor que perpetró el atropello de La Rambla. Tras matar a 13 personas, bajó de la camioneta, atravesó el mercado de La Boquería, recorrió “andando y corriendo” los seis kilómetros hasta la zona universitaria y degolló con un cuchillo a Pau Pérez, un ciudadano que estaba estacionando su coche.

Luego escapó en su auto y se saltó un control policial, dejando herida a una agente. El consejero de Interior del gobierno catalán, Joaquim Forn, confirmó ayer que “todo apunta a que el atentado de Barcelona y el incidente en la Diagonal están relacionados”.

Nacido en 1995 en Mrirt, Marruecos, Abouyaaqoub llegó de niño a Ripoll, un tranquilo pueblo de 11 mil habitantes de Cataluña en el que residen 500 marroquíes bien integrados. Los terroristas eran amigos de infancia y, como ellos, Younes llevaba una vida aparentemente normal. Era deportista, estudió electromecánica y trabajó en las fábricas de metalurgia de la región.

El imán Abdelbaki Es Satty es el principal sospechoso de haber organizado y adoctrinado a los autores de los atentados, todos entre los 17 y los 24 años. La policía confirmó que el cadáver de Es Satty es uno de los dos que se hallaron tras la explosión del miércoles, un día antes de los atentados, de una casa en Alcaner.

El religioso, de 45 años, fue a la cárcel en 2010 por transportar 12 kilogramos de hachís. En prisión coincidió con un implicado en la red de los atentados de Al-Qaeda de 2004 en España, que mataron a 192 personas. En los últimos tiempos, Es Satty viajó a Bélgica para buscar trabajo en una mezquita de Vilvoorde, un antiguo feudo yihadista, pero desapareció cuando le pidieron su historial penal tras identificar en él una actitud sospechosa.

En la explosión de Alcaner una tercera persona resultó herida y fue arrestada por la policía cuando encontró entre las ruinas 106 bombonas de gas y material para fabricar bombas. Este herido deberá testificar hoy ante el juez junto a tres detenidos más, la mayoría de ellos por ayudar a los terroristas a conseguir los vehículos con los que ejecutaron los atropellos.

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