Desde la aparición de la enfermedad por SARS-CoV-2 científicos mexicanos han analizado la mutación que ha sufrido la secuencia genética del virus, conocimiento que ayudará a conocer de mejor manera al patógeno y ayudará a tomar las decisiones idóneas para combatirlo.

Investigadores de la Unidad de Genómica Avanzada (UGA-Langebio) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados ( Cinvestav ) han propuesto la iniciativa conocida como “marcaje cercano”, la cual contribuirá a analizar la evolución y mutación del virus que originó la enfermedad de Covid-19 .

Esta propuesta está encabezada por la doctora Angélica Cibrián Jaramillo y consiste en realizar pruebas de diagnóstico masivas, con un promedio de 20 mil tests por semana, con los cuales será posible conocer el comportamiento evolutivo y ecológico del virus, al secuenciar regiones del conjunto de genes del coronavirus .

La comunidad del Cinvestav consideró que esta información genética podría ser de ayuda para emplear en modelos matemáticos más precisos, que indiquen la evolución de la enfermedad a nivel poblacional, tanto a escala nacional como más específicas, nivel región y proporcione respuestas a corto, mediano y largo plazo.

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“Al generar alrededor de 100 a 200 genomas completos de alta calidad por semana a partir de las pruebas de análisis, es posible generar los datos más informativos, como los de otros virus y de bacterias asociados, que se pueden utilizar para retroalimentar diferentes modelos de análisis y comprender mejor los factores de comorbilidad que hacen que este virus sea letal en algunos casos” detalló Cibrián Jaramillo.

Otras de sus utilidades sería identificar focos de infección y hacer un seguimiento de la dispersión del coronavirus, para así realizar aislamientos, lo que podría traer un beneficio para la economía, al agilizar el regreso a las actividades normales de quienes están aptos para hacerlo.

Francisco Barona Gómez, doctor en evolución de la diversidad metabólica y miembro del proyecto recordó que el SARS-CoV-2 codifica 24 proteínas, donde la mitad de ellas maduran en distintas proteínas, incluida la llamada “Spike” o “S”, que tiene la función de conexión con las células de las vías respiratorias.

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“Al secuenciar esos fragmentos, el grupo de investigación del Cinvestav pretende poner a disposición de la comunidad científica esa información con la finalidad de que identificar las regiones que sean blancos moleculares para eventuales tratamientos”, explicó el centro de investigación universitario.

Los expertos aseguraron que de los beneficios del uso de la terapia génica, tiene que ver con la capacidad con la que ataca fragmentos de ADN, por lo que esta alternativa sería de mucha utilidad para complementar el tratamiento de una posible vacuna.

fjb

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