Señor Director:

Después de haber leído el artículo intitulado “Los Armenios”, (publicado el 17 de enero del actual) me gustaría compartir con usted lo siguiente para sentar apropiadamente los precedentes.

Es necesario examinar el conflicto Nagorno-Karabakh dentro del contexto correcto. Nagorno-Karabakh es y siempre ha sido territorio de Azerbaiyán dentro del marco del derecho internacional. Los militares armenios habían estado ocupando ilegalmente la región desde 1992. Varias Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (No. 822, 853, 874, 884) habían hecho un llamado para el retiro inmediato, total e incondicional de las fuerzas armenias. Tristemente, contrario al derecho internacional, Armenia había mantenido la ocupación, que corresponde al 20% del territorio de Azerbaiyán. Esto accionó el desplazamiento de más de un millón de Azeris. Contrario a muchos esfuerzos internacionales de mediación, Armenia, durante años, se resistió a un acuerdo pacífico de la disputa. Siguiendo la más reciente ronda de agresión militar por parte de Armenia, Azerbaiyán liberó intencionalmente su propio territorio reconocido, el cual estuvo bajo la ocupación ilegal armenia por cerca de tres décadas. Dentro de este contexto, Ankara ha brindado su apoyo moral y político a Baku. La postura turca no se origina necesariamente de nuestros vínculos especiales con Baku. Resulta de la necesidad de apegarse al derecho internacional que asegura la integridad territorial de Azerbaiyán y la inviolabilidad de sus fronteras. De hecho, todas las naciones que están atentas al derecho internacional han asumido una postura similar.

En lo que concierne a los eventos de 1915, se debe de tener en mente que durante la caída del Imperio Otomano, que coincidió con la Primera Guerra Mundial, hubo un sufrimiento humano masivo. Millones de ciudadanos otomanos, armenios, musulmanes y otros semejantes perecieron innecesariamente bajo las terribles circunstancias de una destructiva guerra mundial. Tomando posturas tendenciosas sobre tales temas controversiales no sirve para el objetivo de reconciliación entre los pueblos que sufrieron en esos tiempos. Existe más de una narrativa histórica que explica los muchos sucesos diferentes que ocurrieron durante este triste capítulo de la historia. Algunas de estas narrativas son diametralmente opuestas, y como tal, apuntan a una genuina controversia histórica en términos de cómo definir esas tragedias humanas.

Creo que un análisis no tendencioso de los recientes eventos y de aquellos históricos, sería más útil para sus lectores y espero que tenga la gentileza de publicar esta carta para sus amables lectores.

Berrak Kekeç
Tercera Secretaria
Embajada de la República
de Turquía

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