Miami, Florida.— En la casilla de la circunscripción 990, ubicada en la unidad de interés social para personas de la tercera edad conocida como MSC y habitada en su mayoría por personas de origen cubano, la peruana Techi, de 78 años, pretendía pasar desapercibida mientras hacía fila para votar.

“Voy a votar demócrata, pero no le digas a nadie porque me queman en leña verde”, susurró a EL UNIVERSAL. “Molesta la conducta grosera, ignorante y vulgar de [el presidente Donald] Trump, pero ante todo cómo trató a esos niños en la frontera”, dijo.

“Vota por quien quieras, si quieres por tu primo, de todas formas vamos a ganar porque esta tierra es de [la candidata republicana Elvira] Salazar”, intervino en la conversación una de sus vecinas.

La forma tan discreta en que se manifestaba la antigua maestra de bachillerato en Lima, Perú, fue un reflejo de la tensión y ambiente intimidatorio que se vivía en algunos bastiones controlados por republicanos y disputados por demócratas en forma de veredicto político sobre los dos primeros años de presidencia de Donald Trump.

Uno de ellos era el codiciado y densamente poblado Distrito 27 de Miami-Dade, en donde se peleó uno de los escaños más emblemáticos para definir el futuro de la Cámara de Representantes.

Los republicanos pretendían extender su dominio con Salazar, antigua periodista de origen cubano y simpatizante de la iniciativa de Trump de modificar el derecho de ciudadanía por nacimiento, contemplado en la Constitución.

Pese a que 57% de los votantes registrados en la circunscripción eran latinos, Salazar no pudo mantener la racha republicana que permanecía desde 1989, cuando tomó el control de la plaza la cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen,

Considerada una de las contiendas estelares en Florida, el triunfo final fue para Donna Shalala, de 77 años, quien se impuso con 51% de los votos frente a 45% de su oponente, de acuerdo con los resultados preliminares.

Para el Partido Demócrata, la victoria llegó al inicio de la noche, y en su momento fue considerada la primera ficha de lo que podría ser un efecto dominó por toda la Unión Americana en busca del control de la Cámara de Representantes.

Conocida como Huracán Shalala, la antigua profesora de la Universidad de Miami fue secretaria de Salud durante la presidencia de Bill Clinton y los analistas anticipaban que podría beneficiarse del terreno trazado por Hillary Clinton, quien en la presidencial de 2016 ganó ese distrito.

Shalala basó su campaña en la defensa del seguro médico Obamacare y prometió dar la batalla en Washington en contra de la política de discriminación promovida por el inquilino de la Casa Blanca.

Tras el resultado, envió un mensaje a Trump: “Señor presidente (…) aquí vamos. La infección de odio que nos afecta a todos es simplemente antiestadounidense. Espero que podamos volver a unir a este país”.

Otra plaza que atrajo la atención fue el Distrito 26, donde sorpresivamente se impuso la demócrata Debbie Mucarsel-Powell frente al republicano Carlos Curbelo, quien ha servido durante dos términos en la Cámara de Representantes.

“Sólo en este increíble país se elige a un inmigrante de Ecuador para servir en el Congreso de EU”, dice la graduada de la Universidad de Claremont, quien emigró a ese país cuando era niña, junto con su madre y sus hermanas, en busca de mejores oportunidades de vida.

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