“En Venezuela nosotros pensamos que no somos racistas , que no tenemos ese problema, pero sí hay una carga inconsciente de discriminación racial. Entonces, creo que la manera práctica y replicable en cada país es, en primer lugar, reconocer que existe la situación, que quizá no se da en hechos tan graves como puede ocurrir en otras partes del mundo, pero sí tenemos una dosis importante de prejuicios raciales, de discriminación. Entonces, en primer lugar, es reconocer que tenemos el problema, hablar de manera franca y honesta en la conversación pública sobre ello”, dice Rafael Uzcátegui, director del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) al diario El Nacional.

“En segundo lugar —asegura—, establecer normas para sancionar y prevenir este tipo de conductas, que haya normas explícitas para los establecimientos públicos, para los funcionarios, para las entrevistas laborales; y, en tercer lugar, generar campañas sociales de información, espacios de encuentros y de confianza, de diferentes sectores de la sociedad para que se reconozcan y hablen sobre esta situación porque una ley por sí misma no es suficiente si culturalmente no se reconoce el problema”.

En Venezuela la discriminación también afecta a las minorías sexuales, como Valentina Rangel, quien es una mujer transgénero. Así relató su experiencia El Nacional: “Tras más de un año hormonándose cuenta que debe ingerir cuatro pastillas de 25 mg de espironolactona y dos pastillas de primaquin, este último medicamento no aparece en las farmacias venezolanas. Indicó que uno de los grandes problemas en Venezuela y gran parte del mundo es que se asocian los temas de sexualidad e identidad de género a causas de izquierda”.

“Yo no comulgo con esos gobiernos —advierte Rangel—, pero no pueden utilizarnos como banderas políticas porque los derechos no son una orientación ideológica, son derechos y no son rojos o azules, son de todos. A la mayoría de los venezolanos les cuesta entender otras realidades. No se cuestionan ese imaginario sobre lo que es ser hombre y mujer. Es por eso que tienen tanta resistencia al tema. Esto no es una moda, siempre ha estado”. Ella ha comenzado a buscar los medios para iniciar el debate de temas transgéneros en Venezuela. Sabe que no será fácil, pero es optimista: “Sí o sí lo vamos a lograr. Seremos visibles”, dice.

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