Washington.— El gobierno de Donald Trump difundió ayer las primeras cifras de la afectación que tiene su política de Tolerancia Cero con la inmigración indocumentada y su política de separación familiar en la frontera: mil 995 menores de edad fueron separados de sus padres entre el 19 de abril y el 31 de mayo. O, lo que es lo mismo: más de 47 niños fueron arrancados de los brazos de sus progenitores cada día.

La cifra fue anunciada por Jonathan Hoff- man, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, en una llamada con periodistas. A pesar de las críticas a la política de Tolerancia Cero, por la que los padres inmigrantes son tratados como delincuentes y separados de sus hijos, la administración insiste en que es lo correcto, siguiendo una presunta ley que no existe. Los oficiales desmintieron versiones de que han separado incluso a bebés, y afirmaron, sin dar pruebas, que es la única “línea roja” que no han cruzado.

Según los funcionarios estadounidenses, “no hay otra opción” que separar niños de adultos, porque se ha demostrado que existe una relación “causa-efecto” entre la supuesta flexibilidad en la detención de unidades familiares y el número de familias que llegan a la frontera de EU.

“Odio que los niños sean separados [de sus padres]”, dijo Trump, quien culpó a los demócratas de ser los responsables de unas leyes que no evitan la separación. Lo cierto es que no hay una ley concreta que lo obligue a separarlos, contrariamente a lo que dice.

“Los demócratas están forzando a que se rompan las familias en la frontera con su terrible y cruel agenda legislativa. Cualquier ley de inmigración debe contener fondos para el muro, terminar la detención y liberación [de criminales], la lotería de visados y la [migración en] cadena e ir hacia una inmigración basada en mérito”, tuiteó el republicano.

En ese frente, Trump parece que no quiere que haya una resolución a la crisis migratoria que su administración está creando con el endurecimiento de la persecución de los indocumentados. Ante la posibilidad de que la próxima semana se debatan y voten en la Cámara de Representantes un par de leyes de reforma migratoria, Trump advirtió que no va a aceptar la “más moderada”, que permitiría a los dreamers solicitar visas de no inmigrantes para permanecer en el país. La negativa del magnate deja moribundo el proceso, aunque la Casa Blanca aseguró que Trump apoya ambos proyectos, y que la declaración del mandatario fue un malentendido.

México, atento ante violaciones. El secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, externó ayer el respeto del país a las “facultades de Estados Unidos para decidir su política migratoria”, pero subrayó que el gobierno se mantiene atento para evitar que se “violen los derechos humanos” de los connacionales y subrayó que los consulados mexicanos han desplegado “esfuerzos sin precedentes” para proteger esos derechos.

Videgaray se refirió también a la decisión de EU de suspender la repatriación de mexicanos, bajo el argumento de que se está priorizando la “repatriación de centroamericanos”, y dijo que es probable que en las próximas semanas se reanuden.

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