Washington.— Al iniciar la tercera semana del cierre parcial de gobierno de Estados Unidos, el presidente Donald Trump aumentó ayer la presión en su lucha por la construcción de un muro, que considera fundamental para impedir la inmigración indocumentada, al anunciar un discurso a la nación y un viaje a la frontera con México, el jueves.

Trump, quien está forcejeando con los opositores demócratas en el Congreso por la financiación del proyecto del muro, escribió en su cuenta de Twitter que hablará al país hoy a las 21:00 horas locales sobre lo que llamó “la crisis de la seguridad nacional y humanitaria en nuestra frontera sur”. Este será el primer discurso de Trump en horario de máxima audiencia desde el Despacho Oval.

Horas antes, la portavoz ejecutiva, Sarah Sanders, anunció que el presidente viajaría el jueves a la frontera con México “para reunirse con quienes se encuentran en la primera línea de la crisis humanitaria y de seguridad nacional”. El destino exacto no fue divulgado.

El mensaje de Trump llega al cumplirse 17 días de la polémica parálisis parcial de la administración.

Envuelto en un enfrentamiento con los demócratas en el Congreso, Trump insiste en que no renunciará a un punto que considera vital: la liberación de más de 5 mil millones de dólares para construir el tan cuestionado muro fronterizo que había prometido en su campaña electoral para luchar contra la inmigración ilegal.

Trump se ha visto en los últimos días con los líderes de ambos partidos en el Congreso para acordar unas cuentas públicas que permitan reactivar la actividad gubernamental y concedan la financiación para sellar la valla entre EU y México.

Sin embargo, parece que el acuerdo sigue estando lejos: “Lo que percibimos es un presidente que no sólo quiere cerrar el gobierno y construir un muro, sino que también quiere abolir el Congreso para que únicamente se escuche su voz”, criticó el domingo la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, en declaraciones a la cadena de televisión CBS.

El propio presidente estadounidense calificó el domingo de “productiva” la nueva ronda de conversaciones mantenida durante la jornada, con el objetivo de acabar con el cierre parcial de la administración.

Horas antes, había renovado su amenaza de declarar la “emergencia nacional” y así poder usar sus poderes ejecutivos para construir un muro en la frontera con México sorteando el filtro del Congreso, dado el bloqueo en las negociaciones para reabrir el gobierno.

La parálisis administrativa ha afectado a agencias de 10 departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia; así como a decenas de parques nacionales.

Además, perjudica a unos 800 mil de los 2.1 millones de trabajadores federales, quienes no cobrarán mientras permanezca cerrado el gobierno, y están a expensas de la aprobación del presupuesto.

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