Washington.— Agentes migratorios detuvieron ayer a 680 personas indocumentadas, la mayoría de origen latino, en redadas en siete plantas de procesamiento de alimentos en el sureste de Estados Unidos, como parte de las medidas del presidente Donald Trump contra la migración.

“Hoy en siete diferentes lugares de seis ciudades de Mississippi, los agentes ejecutaron ordenes de registro administrativas y criminales que resultaron en la detención de aproximadamente 680 inmigrantes sin documentos”, declaró el fiscal del Distrito Sur del estado, Mike Hurst. Las acciones ocurrieron el mismo día que Trump visitó El Paso, Texas, donde un joven mató a 22 personas el sábado tras publicar en línea un manifiesto racista en el que hablaba de combatir la “invasión” de hispanos en el país.

El fiscal afirmó que se trata de la mayor redada en al menos una década y, además, aseguró que es “la acción de las fuerzas del orden más grande en un sólo estado de la historia de EU.

“Tienen que respetar nuestras leyes, deben venir aquí legalmente o no venir para nada”, añadió. Testigos relataron a medios locales que los inmigrantes aprehendidos fueron transportados en autobuses fuera de las plantas donde trabajaban. El alcalde de Canton, William Truly, dijo a la filial local de ABC durante el operativo que las autoridades estaban “identificando a los inmigrantes, versus los que están legales, y los están reuniendo, subiendo a autobuses y llevándoselos”.

Las primeras imágenes de las redadas mostraron a los inmigrantes caminando en fila hacia los autobuses con las manos esposadas, algunos con la cabeza baja, llevando todavía puesta la cofia de trabajo.

Otros, los que no fueron arrestados, saludaban con la mano los autobuses que se iban, algunos enjuagándose las lágrimas. Entre ellos había varios niños.

El agente Jere T. Miles, a cargo de la operación, explicó que los hijos de los inmigrantes detenidos pasarán a la custodia de algún familiar en la Unión Americana y, en otros casos, los padres serán puestos en libertad para que puedan cuidar de los menores mientras se resuelven sus peticiones de asilo. “Cada caso será manejado de manera individual”, explicó Miles.

Chokwe Antar Lumumba, el alcalde de la capital, Jackson, dijo en un comunicado que “las redadas de ICE son deshumanizantes e ineficientes (...) Llamo a las iglesias de nuestra comunidad a volverse santuarios para nuestros vecinos inmigrantes y protegerlos”.

En la conferencia, el fiscal Hurst dijo: “A aquellos que usan extranjeros sin documentos para obtener ventajas competitivas o para hacer dinero rápido, tenemos algo que decirles: ‘Si encontramos que han violado una ley criminal federal, iremos por ustedes’”, dijo.

El director interino de la agencia de migración ICE, Matthew Albence, añadió que el operativo fue el resultado de una investigación de un año. Algunos de los inmigrantes serán liberados con monitores electrónicos en el tobillo mientras revisan sus casos con un juez, prosiguió Albence. Las redadas tuvieron lugar en siete plantas de procesamiento de alimentos en Mississippi, en Morton, Carthage, Canton, Pelahatchie, Sebastopol y Bay Springs. Los arrestos se produjeron en el lugar de trabajo de los inmigrantes, entre los que se incluía una planta de procesamiento de pollos de Peco.

Peco confirmó que el ICE inspeccionó esa planta y otras dos de las instalaciones que tiene en Canton y otra en Sebastopol. Las autoridades aseguraron que el objetivo de las redadas son los inmigrantes y las empresas que los contratan.

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