La presión de la comunidad empresarial contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por la tibieza de sus declaraciones contra los racistas y xenófobos acabó haciendo mella y obligó al magnate a desmantelar dos de sus consejos de asesores, antes de que las dimisiones en señal de protesta acabaran por enterrarlos.

Uno de los pilares de su imagen de éxito, las buenas relaciones con el sector empresarial, empieza a desvanecerse. Desde el sábado, la salida de empresarios y líderes del sector (incluyendo a sindicalistas) que abandonaban el Consejo sobre Manufactura fue incesante.

Empezó el lunes con cuatro deserciones y continuó el martes, tras el retorno de Trump a sus declaraciones ambivalentes y la equidistancia en la condena a los supremacistas blancos y los grupos neonazis. Ayer al mediodía los que habían abandonado el consejo asesor superaban la docena.

Trump no tuvo otra opción que cancelar este grupo asesor, así como el Foro de Política y Estrategia, básicamente integrado por directores ejecutivos de empresas. “En lugar de poner presión a los empresarios del Consejo de Manufactura y del Foro de Política y Estrategia, voy a cancelarlos. ¡Gracias a todos!”, tuiteó el presidente.

Al parecer, quería dar la imagen de que buscaba “proteger” a los empresarios de ser presionados para abandonar el entorno del presidente, pero la historia es muy diferente. En realidad, los integrantes ya habían decidido acabar con ellos. Jamie Dimon, CEO de JP Morgan Chase, había anunciado a sus empleados la intención de desmantelar el Foro de Política y Estrategia por los comentarios en la conferencia de prensa del presidente del martes.

“Políticas constructivas de regulación y economía no son suficientes y no importarán si no enfocamos las divisiones de nuestro país. Es el rol de un líder, en una empresa o en el gobierno, unir a la gente, no dividirla”, justificó Dimon.

La decisión de Trump, como casi siempre, se contradijo con declaraciones del propio presidente hechas poco antes. “Por cada CEO que se vaya del Consejo de Manufactura tengo muchos que pueden tomar su puesto. Los fanfarrones no deberían haber entrado”, tuiteó 24 horas antes de cerrar los grupos de asesores.

En tanto, las críticas al magnate continuaron durante el día de ayer, incluso entre los líderes republicanos, a veces temerosos de posicionarse en contra del presidente por el bandazo electoral que podría suponerles.

Tras la conferencia del martes en la que afirmó que tanto supremacistas blancos y neonazis como la “izquierda alternativa” eran responsables de la violencia del sábado en Charlottesville, Virginia, el senador republicano Lind-sey Graham dijo ayer: “[Trump] Ha ido hacia atrás sugiriendo de nuevo que hay una equivalencia moral [entre neonazis y los que les confrontan]”. “Señor presidente, no puede permitir que los supremacistas blancos compartan sólo parte de la culpa. Ellos apoyan una idea que causó al país y al mundo mucho dolor”, tuiteó el también senador republicano Marco Rubio. Los líderes del partido, el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan y el líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell, si bien criticaron las posturas racistas, obviaron mencionar al presidente por su nombre.

Las críticas en ese sentido llegaron incluso del mismo gabinete. El fiscal general Jeff Sessions, cuestionado por sus posturas racistas y antiinmigrantes en el pasado, dijo desde Miami que “de ninguna manera podemos aceptar o perdonar el racismo, la intolerancia, el odio, la violencia y este tipo de cosas que aparecen demasiado a menudo en nuestro país”. El estratega Steve Bannon llamó a los supremacistas un “grupo de payasos”, en entrevista con la revista American Prospect.

Los ex presidentes George H. W. y George W. Bush también alzaron la voz. “Estados Unidos siempre debe rechazar la intolerancia racial, el antisemitismo y el odio en todas las formas”, indicaron en una declaración.

Unos 11 grupos ambientalistas y activistas sociales de EU, incluyendo Greenpeace, Sierra Club, Latino Victory Proyect, Mi Familia Vota y Chispa firmaron una condena a lo ocurrido en Charlottesville, diciendo que las acciones de neonazis y nacionalistas “no representan nuestros valores”.

En México, la Comisión Permanente del Congreso condenó la violencia en Charlottesville. “Nos sumamos a los llamados de unidad y concordia y nos pronunciamos por evitar que en EU se reavive la violencia racial”, dijo el presidente de la Mesa Directiva de la Permanente, Pablo Escudero Morales. Con información de agencias

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