Bagdad.— Las fuerzas de seguridad iraquíes dispararon municiones reales y gas lacrimógeno contra manifestantes durante la madrugada y la mañana de ayer en Bagdad, con saldo de cinco muertos y 75 heridos, según autoridades.

Los choques llevaron a los agentes a cerrar las principales avenidas y calles que conducen al centro de la capital. El enfrentamiento ha sido el más violento desde que se reanudaron las protestas la semana pasada, tras una breve pausa luego que Estados Unidos mató mediante un ataque con dron al general iraní, Qassem Soleimani, en Bagdad.

Los agentes dispararon gas lacrimógeno y metralla cerca del Puente Sinak y la Plaza Tayaran, donde se han protagonizado violentos choques en días recientes, indicaron fuentes policiales y médicas.

Un manifestante murió baleado y un segundo falleció al ser alcanzado en la cabeza por una lata de gas lacrimógeno. Un tercero sucumbió debido a las heridas. La fuente dijo además que las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos, por lo que más de 25 manifestantes sufrieron asfixia.

En comunicado, el Comando de Operaciones de Bagdad informó que 14 oficiales resultaron heridos por piedras lanzadas por “incitadores violentos”, cuando trataban de asegurar la entrada a la Plaza Tahrir, epicentro de las protestas.

“A pesar de estos hechos violentos nuestras fuerzas continuaron usando mesura y cumpliendo los deberes de seguridad que se les ha asignado”, dice el comunicado. Entre los fallecidos estaba Yousif Sattar, de 21 años, un periodista local que cubría el movimiento, dijeron fuentes médicas y activistas.

“Cualquier medida tomada hasta ahora para responder a las preocupaciones de la gente quedará vacía si no se completa”, indicó Jeanine Hennis-Plasschaert, representante de Naciones Unidas en Irak: “La supresión violenta de protestas pacíficas es intolerable y debe evitarse a toda costa. Nada es más dañino que un clima de miedo”.

Los manifestantes quemaron neumáticos y también cortaron carreteras el domingo en la capital y el sur del país. Al menos 27 personas resultaron heridas en choques en Bagdad. Los activistas iraquíes dieron al gobierno un plazo de una semana en sus demandas de reformas políticas, indicando que de lo contrario aumentarían la presión con nuevas marchas.

Las protestas comenzaron el 1 de octubre, cuando miles de iraquíes tomaron las calles para denunciar la corrupción rampante, los pobres servicios públicos y la falta de empleo. Los activistas reclaman que se ponga fin al sistema político iraquí, basado en divisiones religiosas, así como elecciones anticipadas y la marcha de la élite gobernante del país.

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