San José.

– Acostumbrado a acusar de terroristas a las muchedumbres opositoras de amas de casa, estudiantes, campesinos, obreros, profesionales y empresarios, al presidente de Nicaragua , Daniel Ortega , le estalló en sus manos una bomba política por sus viejos nexos con el terrorismo en Europa en una fecha clave para las víctimas europeas de la violencia y de la intolerancia política.

Al cumplirse este sábado 40 años del secuestro de Aldo Moro , exprimer ministro de Italia , que derivó el 9 de mayo de 1978 en su asesinato y en una operación ejecutada por las Brigadas Rojas (BR) , que fue una organización izquierdista de ese país que se convirtió en terrorista, el Parlamento Europeo (PE ) destapó un añejo vínculo de Ortega y del gobernante y exguerrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) , con el terrorismo.

El PE exigió el pasado jueves a Ortega la entrega a Europa de una pieza crucial del caso Moro que vive apaciblemente en Nicaragua desde 1983 como empresario gastronómico: Alessio Casimirri, italiano y condenado en Italia por el secuestro y el asesinato de Moro y solicitado varias veces en extradición sin éxito por Roma a Managua . Ante estos y otros cuestionamientos internacionales, el gobierno de Ortega optó por el silencio.

La situación resurgió en un momento particular por la crisis en Nicaragua , que el próximo lunes cumplirá 11 meses en medio de un confuso y deteriorado escenario político, socioeconómico e institucional.

El gobierno nicaragüense acusó de terroristas a las multitudes de opositores que, a partir del 18 de abril de 2018, marcharon en paz en Nicaragua para exigir la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo , y clamar por democracia, justicia y libertad. “Son terroristas”, acusó Ortega , en una repetida advertencia de que todo lo que se mueve en su contra en Nicaragua es por culpa del terrorismo.

En este panorama, el PE insistió en destapar el verdadero rostro de las huellas del terrorismo internacional en Nicaragua .

El eslabón de Moro

El 16 de marzo de 1978, una célula de las Brigadas Rojas —a las que Casimirri perteneció—atacó en Roma un convoy en el que iba Moro , asesinó a cinco escoltas y secuestró al político, de 61 años, Primer Ministro de 1974 a 1976 y con una abundante experiencia tras ocupar cargos gubernamentales, legislativos y dirigentes en el Partido Demócrata Cristiano.

Las BR intentaron canjear a Moro por varios de sus militantes que estaban presos. El desenlace fatal del secuestro se registró en 9 de mayo de 1978, cuando el cadáver de Moro en un coche tras 55 días de cautiverio.

Las investigaciones policiales y judiciales en Italia demostraron que Casimirri, nacido en Roma en 1951, ingresó a las BR con el seudónimo de “Camilo” y participó en el secuestro y asesinato de Moro , por lo que fue condenado en ausencia a varias cadenas perpetuas.

Casimirri, sin embargo, fue el único de los ejecutores de esos hechos que logró escapar de la justicia italiana y en 1983 se asentó en Nicaragua , donde se casó, tuvo hijos, obtuvo la ciudadanía nicaragüense en 1988 e incursionó en el negocio de la gastronomía con al menos un restaurante.

Según varios perfiles difundidos en Nicaragua sobre el prófugo, Casimirri salió en 1980 de las BR, luego huyó a Italia y llegó a Nicaragua tras un recorrido por Libia y Cuba .

El gobierno de Italia anunció el 16 de marzo de 2015, al cumplirse 37 años del secuestro, que la entrega por parte de Nicaragua de Casimirri es un “objetivo esencial e irrenunciable”.

El entonces ministro italiano de Justicia, Andrea Orlando, instó al gobierno de Italia “un examen urgente del estado del procedimiento de búsqueda en el extranjero del prófugo Alessio Casimirri”, por el caso Moro .

La extradición de Casimirri es “un objetivo esencial e irrenunciable en las acciones” del gobierno de Italia , “a pesar de las negativas que hasta ahora han emitido las autoridades de la República de Nicaragua ”, alegó Orlando. La cancillería italiana respaldó “plenamente” esa gestión.

Las solicitudes de Italia para extraditar a Casimirri fueron rechazadas en distintas oportunidades por el gobierno de Nicaragua , que tiene bajo su control los poderes Judicial, Legislativo, Ejecutivo y Electoral y dispone del mando de los aparatos policiales, militares y paramilitares.

En marzo de 2015, siendo presidente de una comisión parlamentaria de Italia que investigó el caso Moro , el diputado demócrata—cristiano italiano Giuseppe Fioroni acusó que Casimirri “vive felizmente en Nicaragua sin haber cumplido un día de su pena” y clamó para que el gobierno su país pida “con fuerza su extradición no por venganza, sino por una cuestión de justicia”.

Presión política. Como parte del renovado asedio político europeo sobre Ortega , ante la grave situación institucional que estalló en abril de 2018 en Nicaragua por las multitudinarias demandas opositoras de democracia, justicia y libertad, el PE exigió el jueves anterior a Managua que acepte extraditar a Casimirri.

El Parlamento exhortó ese día a la Unión Europea (UE) a que adopte sanciones en contra de un numeroso grupo de autoridades del gobierno de Nicaragua —incluidos Ortega y Murillo —por reprimir a los opositores que participaron en las masivas protestas gubernamentales y cometer graves violaciones a los derechos humanos. La pareja gobernante rechazó los cargos.

En un comunicado, el PE adujo que “reclama la extradición inmediata a Italia” de Casimirri y recordó que ese hombre “vive ahora en Managua protegido por el gobierno de Nicaragua , condenado definitivamente en Italia a seis cadenas perpetuas” por el caso Moro.

La Corte Suprema de Justicia de Nicaragua , dominada por Ortega , argumentó el 26 de marzo de 2015 que la situación de Casimirri es “cosa juzgada” y que “no puede ser extraditado ni encarcelado”.

agv

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