Llegó en un Uber, con una mochila y una gorra. Tras asesinar a 17 personas y herir a otras tantas en la escuela Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, se mezcló entre los jóvenes, escapó y alcanzó a entrar a un Walmart y un McDonald’s antes de ser detenido sin oponer resistencia.

Es el recuento que las autoridades han logrado hacer tras las declaraciones de Nikolas Cruz, el joven de 19 años que ayer compareció ante un juez, confesó ser el autor del tiroteo del miércoles y fue inculpado de 17 cargos por homicidio premeditado. De ser hallado culpable enfrentaría cadena perpetua.

Por ahora, se cree que la expulsión, el año pasado, de Cruz de la escuela Marjory Stoneman Douglas por cuestiones disciplinarias pudo incidir en su decisión de perpetrar la masacre.

Segundos después, comenzó la pesadilla. Tras activar la alarma, el agresor disparó en cinco salones de clase, cuatro de ellos en el primer piso de la escuela y uno en el segundo piso, según el recuento de Scott Israel, jefe del Departamento de Policía del condado. Luego se “mezcló entre la multitud” y se deshizo del arma, que adquirió legalmente y ya fue recuperada por las autoridades.

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