La tormenta tropical Harvey dejó ayer al menos cinco muertos en el área de Houston, donde viven 6.5 millones de personas, y provocó “catastróficas inundaciones” que obligaron a los vecinos a subirse a los tejados de sus casas para salvar su vida. La Casa Blanca anunció que el presidente de Estados unidos, Donald Trump, viajará mañana a Texas para evaluar los daños.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) informó en su página web sobre las cinco muertes en el área de Houston, donde decenas de helicópteros y lanchas tratan de abrirse paso entre las aguas para rescatar a quienes han quedado atrapados.

Aunque el Servicio Meteorológico Nacional habla de cinco fallecidos, la Oficina del Sheriff del condado de Harris, a la que pertenece Houston, sólo pudo confirmar a EFE la muerte de una anciana, quien murió durante la noche mientras conducía. El vehículo de la mujer quedó atrapado en una zona con el nivel de agua “muy alto” y no pudo hacer nada para salir de él.

La primera víctima del huracán fue un vecino de Rockport, donde el huracán Harvey tocó tierra el viernes. Mientras la lluvia y los tornados golpeaban anoche a Houston, mil personas tuvieron que ser rescatadas.

El Servicio Meteorológico Nacional informó que el agua podría llegar a alcanzar la cifra récord de 50 pulgadas de altura (1.27 metros) en algunas partes de Texas, mientras que en Houston es posible que las 30 pulgadas de alto (76 centímetros) que ya se registran lleguen hasta 40 (101.6 centímetros).

Frente a esta situación, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el despliegue de 3 mil oficiales de la guardia nacional y estatal.

“Es malo y está yendo a peor”, dijo Abbott y expresó su preocupación por los “miles de millones de dólares” que costarán la reconstrucción.

El jefe de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Brock Long, dijo a CNN que Texas necesitará “durante años” la ayuda de la dependencia para poder recuperarse del paso de Harvey, que calificó de “una tormenta como esta nunca había sido vista antes en Estados Unidos”.

Decenas de miles de personas abandonaron sus casas en la costa de Texas. La Cruz Roja ha abierto 35 albergues para darles refugio.

La tormenta provocó el cierre de los dos aeropuertos más importantes de Houston, el William P. Hobby y el Intercontinental George Bush, que causaron la cancelación de 100 vuelos.

Las grandes refinerías de petróleo y gas del Golfo de México, donde se refina 45 % del “oro negro” de EU, han interrumpido sus actividades y evacuado a buena parte de su personal, lo que podría provocar un incremento en el precio de la gasolina.

El gigante petrolero ExxonMobil anunció ayer el paro de actividades en su polo petroquímico de Baytown, en Texas —uno de los más grandes del mundo con capacidad para producir hasta 560 mil barriles de petróleo al día— debido a las inundaciones.

Anoche, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, informó que México brindará apoyo a Texas. “Hace un momento hablé con el gobernador de Texas @GregAbbott_TX. Identificaremos apoyos específicos que podamos brindar. #HurricaneHarvey”, indicó el canciller mexicano a través de un mensaje en su cuenta de Twitter.

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