Managua.— El gobierno de Daniel Ortega calificó ayer de “actos terroristas” las protestas que se suceden desde el 18 de abril en Nicaragua y, ante el consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Wa-shington, aseguró que tienen el objetivo de derrocar al Ejecutivo.

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó a la OEA y al resto de la comunidad internacional a exigir al régimen de Ortega que ponga fin inmediato a la represión y a las violaciones de los derechos humanos en el país, al tiempo que confirmó que al menos 264 personas han fallecido desde el inicio de las protestas, cifra que la administración rechazó.

El ministro de Exteriores nicaragüense, Denis Moncada, habló de “embates terroristas de grupos internos y externos” para referirse a las protestas. “Estos hechos terroristas delincuenciales intentan derrocar al gobierno legítimo”, dijo en la sede de la OEA.

En su turno, el secretario general de la CIDH, Paulo Abrao, hizo un llamado “a la comunidad internacional para que se pronuncie y exija al Estado nicaragüense poner fin inmediato a la represión y las detenciones arbitrarias, así como a todas las demás violaciones a los derechos humanos que se vienen registrando”, y señaló que se han contado, además de los 264 muertos, más de mil 800 heridos. En Managua, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) cifró en 351 los decesos y dijo que hay más de 261 desaparecidos en la represión, a la vez que denunció la supuesta existencia de dos fosas comunes en el departamento de Carazo con cadáveres de ciudadanos asesinados en las protestas. La versión no fue confirmada por otra fuente.

Moncada rechazó el reporte de la CIDH, que calificó de “apresurado, prejuiciado y carente de objetividad”. Añadió que “se requiere de tiempo e imparcialidad para informar con aproximación a la verdad lo que ocurre en Nicaragua”.

“Directiva de matar”. Durante el consejo de la OEA, el embajador estadounidense Carlos Trujillo acusó al gobierno de Ortega de que “cada día renueva su directiva de matar a su pueblo para permanecer en el poder”.

La oposición nicaragüense intensificará desde hoy su presión contra Ortega, con una manifestación y un paro general, mientras que el gobierno prepara una marcha hacia Masaya, la ciudad más rebelde del país. Policías y antimotines están apostados en las entradas de Masaya, al sur de Managua, haciendo temer una violenta incursión antes de que el gobierno celebre el “repliegue”, una caravana encabezada por Ortega, quien anualmente llega a esta ciudad para recordar una gesta de la revolución de 1979.

Por otra parte, el gobierno de Estados Unidos nombró como nuevo embajador en Nicaragua al actual número dos del país ante la Organización de Estados Americanos, Kevin K. Sullivan.

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