Sin permiso de entrar a Estados Unidos y obligada a esperar en México, la cubana Niurka González cumplió 32 años el pasado miércoles con miedo de regresar a Cuba y sin dinero, por lo que sólo pudo estar con su esposo, Yosdani Ajete, de 29, y su hijo Justin, de 4, en Reynosa, Tamaulipas .

Niurka relata a EL UNIVERSAL que para llegar al norte de México soportaron sobornos, maltratos y acoso de policías, militares, agentes migratorios y criminales en su travesía por México, Panamá, Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Recuerda que los tres iniciaron el viaje el 24 de noviembre de 2018 como turistas de Cuba a Guyana y que, como migrantes irregulares, siguieron a pie y en avionetas, lanchas y autobuses a Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Costa Rica; ahora la mujer está decepcionada, pues siente que se aleja su sueño de llegar a Estados Unidos.

Retenidos desde junio de 2019 en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, en la frontera con EU, Niurka, Yosdani y Justin tienen pavor de que México los deporte a Cuba por la política que aplicó desde 2019 de devolver cubanos a la isla.

“Sería un suicidio”, dice Niurka para explicar que están atrapados en México entre gobiernos antagónicos: el derechista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que les impide asilarse en suelo estadounidense acogidos al “miedo creíble” de vivir en Cuba; y el régimen comunista cubano, que los sancionaría por el sólo hecho de ser repatriados.

“Es una desesperación grandísima”, narra, al contar que la travesía por 11 países comenzó en Guyana porque esa nación fronteriza con el este de Venezuela exime de visa a los cubanos.

La familia ya tuvo una audiencia migratoria en EU. “Nos regresaron a México y esperamos la segunda (audiencia). No sé qué pasará, pero a Cuba no queremos ser deportados. Hemos luchado mucho y más mi niño, que ha sido el que más se ha sacrificado por llegar a EU o a un país donde estemos libres. En Cuba no queremos estar”, indica.

“Si regresamos después de lo que denunciamos lo que pasa Cuba, nos harían la vida imposible. Allí hay una dictadura. Miles de cubanos que regresan no consiguen carnet de identidad, no les dan trabajo para que no tengan forma de buscarse la vida y tengan que volver a salir, pero jamás les dan pasaporte”, asegura.

Subsistiendo en tareas casuales, ella como manicura y pedicura y su esposo como peluquero, los Ajete González se toparon con otro lío: el 12 de enero de 2017, para frenar la migración irregular desde Cuba, Washington derogó la política de “pies secos-pies mojados”, dictada en 1995 y que favoreció a los cubanos al ingresar a EU.

Ahora, esta familia de tres integrantes desea mostrar a Estados Unidos su “miedo creíble” de retornar a Cuba.

“No sé qué vamos a hacer. Sin dinero, no se puede. ¡Qué decepcionada estoy!”, lamenta Niurka, quien se quedó sin tiempo ni motivos para festejar su cumpleaños.

afcl

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