Madrid.— Maribel Tellaetxe, enferma de alzhéimer, murió a los 76 años de edad sin que su marido y sus tres hijos pudieran cumplir la promesa que le hicieron de poner fin a su vida legalmente, cuando su cabeza se extraviara y fuera incapaz de reconocer a sus seres queridos.

A pesar de la batalla que sus familiares emprendieron en España para regular la eutanasia y que incluyó la recogida, junto a otros colectivos, de más de un millón de firmas solidarias, la mujer oriunda de Vizcaya (País Vasco) agotó sus últimos días sin poder librarse del deterioro causado por la enfermedad mental que padecía, por lo que murió en condiciones lamentables.

“Mi ama [madre en vasco] estuvo 12 años con alzhéimer hasta que falleció. Ella dejó reflejado en el documento de voluntades anticipadas que no quería vivir sin recordar, sin autonomía, sin tener capacidad de amar. Cualquiera de esas condiciones eran suficientes para solicitar la eutanasia, aunque siempre quiso que fuera legal, para evitarnos cualquier problema”, relata a EL UNIVERSAL David Lorente, el hijo mayor de la mujer que en sus últimos meses de vida se convirtió en referente de la lucha a favor de la eutanasia en España. Maribel pensó incluso en suicidarse porque la regulación de la muerte asistida no llegaba, mientras su desgaste físico y síquico era cada vez más evidente.

Su marido Txema la convenció de que no lo hiciera; sin embargo, sus familiares no consiguieron revertir la situación antes de que el alzhéimer se la llevara, a pesar del gran apoyo social que recibieron durante el trance.

“A la enfermedad te condena el azar, pero a sufrir contra tu voluntad te condena una ley que además te mete en la cárcel si ayudas al paciente a cumplir su deseo”, lamenta David sobre la imposibilidad de morir dignamente en España. El hijo de Maribel parte de la base de que nadie puede imponer sus creencias a los demás.

“La ley actual nos obliga a morir según las convicciones de aquellos que no son partidarios de la eutanasia.

“Lo que pedimos es que se nos respete, al igual que nosotros respetamos a los que piensan de manera diferente. La ley de eutanasia no obliga a nadie. Sin embargo, al enfermo que sufre y que se le obliga a vivir contra su voluntad, se le está torturando legalmente”, subraya.

Sobre la regulación de la eutanasia que tiene muchas posibilidades de prosperar en España, David considera que es bienvenida, aunque podría ser más garantista.

“La despenalización de la eutanasia está basada en la casuística y nosotros pensamos que habría que respetar al enfermo que la pidiera por los motivos que fueran. ¿Quién puede decir a un tercero que no se puede morir porque no está tan mal como otros? En esa parte discrepamos, pero consideramos que es un gran avance, porque va a englobar a la mayoría de la gente que está pidiendo morir con dignidad”, concluye.

La familia rodó un documental sobre los últimos días de Maribel Tellaetxe para visibilizar su sufrimiento y reivindicar la eutanasia. Con el título “La Promesa. La vida es un derecho no una obligación”, el cortometraje ha recibido varios premios en festivales internacionales.

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