Con más de 40 mil casos, Estados Unidos es ya el tercer país a nivel mundial con más contagios de coronavirus , por detrás de China e Italia, y cada vez son más los estados o ciudades que decretan cuarentena, mientras la Reserva Federal (Fed) anunciaba medidas extraordinarias y el Senado seguía inmerso en un tenso debate sobre cómo invertir un plan de estímulo de casi 2 billones de dólares.

Hasta el momento, suman 525 los decesos en el país. Nueva York es la ciudad que sufre el peor embate.

El alcalde Bill de Blasio alertó que la Gran Manzana, donde se contabilizan más de 12 mil 300 casos y 99 muertes, no cuenta con suficientes respiradores o personal médico para poder salvar la vida de todas las personas que resultarán infectadas.

“Esta semana será mala, y la semana que viene será peor (...) Este es sólo el comienzo de algo que empeorará en abril y mayo, y tenemos que prepararnos, tenemos que cambiar la manera en que vivimos, y necesitamos absolutamente ayuda de Washington", dijo de Blasio al canal CNN al reclamar un aislamiento general.

Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, daba señales de impaciencia ante el derrumbe de los mercados e insinuaba que podría replantearse su recomendación de tomar medidas para aumentar la distancia social en todo el país.

Seis estados -Michigan, Wisconsin, Massachusetts, Indiana, Oregon y Virginia Occidental- se sumaron este lunes a los otros ocho que han decretado en los últimos días el confinamiento obligatorio de los ciudadanos en sus viviendas, lo que afecta en total a unos 137 millones de personas, casi 42% de la población.

Esa proporción se eleva a 46% si se le suman los más de 5 millones de habitantes de las localidades que han ordenado por su cuenta una cuarentena, como el condado de Dallas (Texas) y las ciudades de Philadelphia (Pennsylvania), St. Louis (Missouri) y Kansas City (Missouri).

No todas las cuarentenas han entrado en vigor, y algunas de las más recientes no se implementarán hasta el martes o miércoles, para dar tiempo a los residentes a prepararse para el confinamiento.

“Esta semana, las cosas se van a poner muy mal. Realmente tenemos que quedarnos en casa", dijo este lunes el director general de salud pública de Estados Unidos”, Jerome Adams, a la cadena NBC News.

La crisis y su duro efecto en la economía motivaron un anuncio extraordinario de la Fed, que afirmó que adquirirá de forma ilimitada bonos del Tesoro y títulos respaldados por hipotecas para "mantener un funcionamiento normal de los mercados y una ejecución efectiva de la política monetaria".

La medida se interpretó en los mercados como una señal de que los banqueros centrales consideran esta crisis económica peor que la recesión de 2008, y quieren evitar que desemboque en una depresión como la de 1929.

Las señales de alarma sobre la economía han comenzado a hacer mella en la Casa Blanca y Trump insinuó este lunes que se está planteando eliminar o suavizar su recomendación de que los estadounidenses eviten en la medida de lo posible todo contacto social.

“No podemos dejar que el remedio sea peor que el problema”, tuiteó Trump a medianoche.

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