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Washington.— Estados Unidos escaló ayer su presión al régimen iraní, atacando esta vez al círculo más cercano del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. Y lo hizo justo en el día del 40 aniversario de la crisis de los rehenes en Irán y tras el anuncio de Teherán de una escalada de su producción de centrifugadoras que les acerca al armamento atómico en la violación más importante hasta ahora del acuerdo nuclear con varias potencias mundiales —del que salió Estados Unidos—.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos colocó a nueve individuos en su lista negra y les bloqueó cualquier interés o activo que tengan en la Unión Americana. Todos los señalados son de la máxima confianza y muy cercanos a Jameini, incluidos Mohammad Mohammadi Golpayegani, su jefe de gabinete; Vahid Haghanian, considerado su mano derecha; Ebrahim Raisi, quien desde marzo lidera el poder judicial iraní; y Mojtaba Khamenei, segundo hijo del líder supremo.
“Esta medida reduce aún más la capacidad del líder supremo de implementar su política de terror y opresión”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Además, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 20 millones de dólares por cualquier información sobre Robert Levinson, un oficial del FBI que desapareció en Irán en 2007 y que Washington dice que fue tomado como “rehén” del régimen iraní a pesar de que Teherán nunca haya dicho ni que lo detuvo. El FBI ya tenía una recompensa de 5 millones de dólares.
Teherán, a su vez, inauguró una cadena de 30 centrifugadoras IR-6 y anunció un aumento en la producción de uranio enriquecido.
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