Washington.— El cierre de filas del Partido Demócrata alrededor de su presunto candidato a la presidencia, el exvicepresidente Joe Biden, ha concluido. El expresidente Barack Obama, quien reclutó a Biden para que fuera su número dos en sus ocho años de mandato, anunció ayer su apoyo oficial a su “amigo” y prometió entrar “agresivamente” en campaña tan pronto sea posible para derrotar a Donald Trump en noviembre.

Acaba ahora sí el ciclo de primarias demócratas. Las dos alas del partido abrazan a una misma figura, Biden, como el elegido para recuperar la Casa Blanca, y lo hacen casi a la vez, mostrando una unidad que se temía inexistente e imposible, pero que ahora es inequívoca. El apoyo de Obama apareció un día después de que el senador Bernie Sanders, líder del ala progresista del partido y último excandidato presidencial que aguantó en la contienda, diera su bendición sin matices a Biden.

Obama, hasta ahora, había mantenido un silencio político casi hermético. “En gran medida, el presidente Obama ha seguido el ejemplo de otros expresidentes, participando en la política actual sólo ligeramente, como mucho”, comentó a EL UNIVERSAL Max Skidmore, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de Missouri y autor de After the White House (Después de la Casa Blanca), un repaso de la vida de varios presidentes, tras sus mandatos.

Sus apariciones públicas eran contadas y sus mensajes en redes sociales se centraban básicamente en efemérides, asuntos relacionados con su fundación o reconocimientos a figuras públicas.

En las últimas semanas eso cambió. Con la aparición de la crisis del coronavirus y la consolidación de Biden como nominado virtual a la presidencia, Obama también amplió su voz, tuiteando casi a diario sobre las consecuencias y la gestión de la pandemia, con sumo cuidado de no criticar directamente a la administración actual.

Para Skidmore, el Covid-19 podría haber cambiado su aproximación a la opinión pública. “Creo que ha resuelto que derrotar al actual presidente es importante no sólo para el beneficio del país, sino para prevenir un desastre para EU y el mundo”, sentenció el experto.

Según Skidmore, la pérdida de peso de la Unión Americana en el mundo —algunos insinúan que incluso puede ser el inicio de la desintegración de EU como superpotencia—, derivada de una gestión lejos de ser perfecta, tal y como reclama el presidente Donald Trump, ha sido clave. “Creo que inevitablemente ha pesado en la mente del presidente Obama, y lo llevó a poner todo su peso por Joe Biden [en su cruzada] contra Donald Trump”, resolvió.

Un apoyo que el experto consideró “muy importante”, recordando cómo la figura de Obama es respetada “e incluso venerada” por muchos demócratas.

“Esta elección es demasiado importante para que alguien no participe”, dijo Obama en su mensaje de apoyo a Biden, de 12 minutos, transmitido en redes sociales, y en el que aseguró que “Joe tiene el temperamento y la experiencia para guiarnos a través de uno de nuestros tiempos más oscuros, y curarnos con una larga recuperación”.

En plena crisis del coronavirus y haciendo énfasis en la importancia del progresismo y las ideas impulsadas por Sanders —otro intento por congregar a su base de seguidores—, Obama dejó clara la urgencia de que el país acabe con todo lo que representa la presidencia de Trump. “Necesitamos que los estadounidense de buena voluntad se unan en el gran despertar contra la política que muchas veces se han caracterizado por la corrupción, la despreocupación, el beneficio propio, la desinformación, la ignorancia y simple y llanamente mezquindad”, dijo Obama, en su mayor crítica a la administración actual. “Para cambiar eso”, continuó, “necesitamos que estadounidenses de todas las franjas políticas participen en nuestra política y nuestra vida pública como nunca antes”.

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