Bruselas.— El Palacio Presidencial de Helsinki, capital de la neutral Finlandia, albergará hoy la primera cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin.

El encuentro tendrá lugar luego de que Trump sacudiera el statu quo de la OTAN, insultara a la canciller Angela Merkel, asegurando que su país es “cautivo” de Moscú por su dependencia energética, y se entrometiera en la política doméstica de Gran Bretaña como nunca antes lo había hecho un mandatario estadounidense.

En el marco bilateral, las conversaciones se producen en un momento en el que las relaciones entre Rusia y Occidente languidecen a niveles no vistos desde la Guerra Fría.

En su visita, el viernes pasado a la residencia de verano de la primera ministra británica en Chequers, Trump detalló los temas a tratar con Putin: Siria, Ucrania, Oriente Medio y proliferación nuclear.

Dijo que sus expectativas no eran elevadas, aunque “grandes cosas podrían resultar”. Aseguró que le gustaría “llevarse bien” con Rusia y Putin, a quien ha visto en dos ocasiones.

Desde la perspectiva de los funcionarios de la OTAN y la Unión Europea, hay nerviosismo sobre lo que pudiera resultar la cumbre de Helsinki.

Dick Zandee, experto en defensa del Instituto Holandés de Relaciones Internacionales, Clingendael, anticipa dos escenarios.

“El mejor escenario es que Trump repita a Putin la posición oficial europea y de la OTAN, es decir, que hay voluntad de continuar hablando con los rusos, en particular sobre control armamentista, y al mismo tiempo mostrar que la OTAN está unida y que no va a aceptar situaciones como la anexión de Crimea o la intromisión rusa en naciones soberanas como ocurre en el este de Ucrania”, dice a EL UNIVERSAL Zandee.

“Pero existe el temor en Europa de que trate de pactar un nuevo acuerdo con Putin en el que haga concesiones, algo similar a lo ocurrido con Corea del Norte, en donde hasta ahora no ha recibido nada en retorno”.

El analista afirma que en caso de cerrar un pacto con Putin, el magnate estaría rompiendo la unidad trasatlántica y dejaría en condición altamente sensible a la UE, que cada seis meses requiere del consenso de sus 28 miembros para mantener las sanciones selectivas contra Rusia.

Zandee no descarta esta probabilidad, y recordó que en un mensaje de Twitter, Trump dijo que la mayoría de la población en Crimea son rusos, y por tanto debe pertenecer a Rusia.

“Estamos ante una situación muy peligrosa”, asegura el experto tras mencionar que hay regiones en la UE con grandes concentraciones de personas de origen ruso, como el caso de Ida-Viru, al este de Estonia, en donde representan 73% de la población.

Por otra parte, para Putin, la reunión con Trump más que una recompensa, significa la restauración de la situación en la que se encontraba Rusia antes de la anexión unilateral de la provincia ucraniana de Crimea y la desestabilización del este de Ucrania a través del apoyo a las fuerzas prorrusas.

“Putin disfrutará el hecho de que el intento de aislar a Rusia por parte de [Barack] Obama está finalizando con la llegada de su sucesor a las puertas de su tierra natal para reunirse con el líder ruso”, sostiene en un análisis Dimitri Trenin, del Centro Carnegie de Moscú.

“Putin está menos interesado en la narrativa que en el mensaje que enviará la reunión”, continuó.

De acuerdo con el analista, bajar los niveles de tensión con EU beneficiará la agenda política de Putin, la cual tiene un creciente enfoque doméstico, particularmente socioeconómico.

Considera que seguirán las sanciones diplomáticas y económicas, pero serán relevantes sólo en papel.

Seguirán habiendo restricciones para hacer negocios con Moscú, “aunque Rusia ya no será tóxica. Algunos contactos comerciales pueden emerger fuera del terreno de las sanciones, lo cual potencialmente podría ser una gran victoria para Vladimir Putin”.

Estadísticas de la Comisión Europea muestran una considerable reducción del comercio de Rusia con la Unión Europea y EU, del 45% y 20%, respectivamente en 2017, con relación a 2014, como resultado de la recesión financiera rusa, el desplome del rublo, las sanciones comunitarias y las contramedidas económicas dictadas por Moscú.

Los países comunitarios son el principal socio comercial de los rusos, con 47% de todo su comercio exterior. Las ventas rusas se concentran en el sector energético, cubriendo 31% de todo el gas que consume la UE, 26% del carbón y 32% del crudo.

“Esto me parece terrible, una tragedia”, declaró Trump en Chequers refiriéndose a la dependencia energética de Alemania con Rusia y al desarrollo del gasoducto Nordstream II.

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