Londres.— Un momento de gloria y luego... un duro revés. El primer ministro británico, Boris Johnson, estaba feliz después de que el Parlamento aprobara en principio el acuerdo de divorcio del país con la Unión Europea (UE). Unos minutos después, los legisladores rechazaban revisar aceleradamente el texto, una decisión que vuelve más que improbable una salida con acuerdo el 31 de octubre.

Por primera vez desde que los británicos votaron a favor de abandonar la UE, los diputados votaron en principio a favor del acuerdo para el Brexit, al respaldar por 329-299 una propuesta para implementar el acuerdo que Johnson concretó con el bloque europeo la semana pasada.

Era la primera victoria de Johnson y parecía colosal, pero fue efímera. El gobierno quería que el texto fuera adoptado contrarreloj en sólo tres días, para hacer efectivo el Brexit el 31 de octubre, pero los diputados rechazaron por 322 votos contra 308 esta agenda acelerada.

Al decir que “por primera vez en esta larga saga, esta cámara (...) se haya unido y aceptado un acuerdo”, Johnson dejó el futuro del proceso en manos de la UE.

El premier declaró que llamaría a sus homólogos europeos. “Nuestra política sigue siendo que... deberíamos abandonar la UE el 31 de octubre” y “eso es lo que les diré”.

Tres días antes, Johnson se había visto obligado por los legisladores a pedir a regañadientes una nueva prórroga de tres meses a la UE y sus 27 socios europeos deben decidir si otorgársela o denegársela con el riesgo de una dolorosa salida brutal del bloque.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recomendó a los líderes de la UE aceptar un nuevo aplazamiento de la fecha de salida de Reino Unido. Una reunión de los embajadores de los países miembros de la UE fue programada para esta mañana para abordar esta recomendación, dijo uno de los representantes a la AFP. Sin embargo, no es probable que se tome una decisión este día. Habrá que verificar si todos los países están de acuerdo y si se necesita una nueva prórroga, agregó.

La agenda acelerada que los diputados rechazaron fijaba para el jueves por la noche la aprobación de una legislación muy compleja, con implicaciones para el país sin precedentes desde hace medio siglo, que normalmente tardaría semanas en ser examinada.

El experto Joe Owen, del centro de reflexión londinense Institute for Government, había ironizado señalando que la ley sobre el Brexit tendría menos tiempo de debate que la aprobada recientemente para proteger a los pocos animales salvajes que quedan en los circos británicos. El hartazgo británico crece conforme se vuelve más probable una tercera prórroga del Brexit, decidido por 52% de votos en el referéndum de 2016 e inicialmente previsto para el pasado marzo. “Se está haciendo muy cansado”, dijo a la AFP Mike Purton, británico jubilado de 63 años.

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