Madrid.— Jurista y profesora universitaria de derecho constitucional, la vicepresidenta Carmen Calvo se ha convertido en la ministra más prominente del gobierno español.

La celebración de elecciones generales, los disturbios que sacuden a Cataluña tras las largas condenas a políticos independentistas y la polémica exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, junto al frenazo económico, hacen que el Ejecutivo socialista esté más que nunca sometido al escrutinio popular y amenazan con desbordar la agenda de quien es considerada la mano derecha del presidente en funciones.

En su despacho del Palacio de La Moncloa, la vicepresidenta reconoce en entrevista con EL UNIVERSAL el calado de los desafíos que enfrentan las máximas autoridades españolas, entre ellos el proceso separatista en Cataluña.

La política socialista que también ocupa el cargo de ministra de la Presidencia y relaciones con las Cortes e Igualdad, advierte que los independentistas catalanes deben abandonar la violencia y acatar la Constitución y anticipa que el gobierno español se propone cerrar las embajadas catalanas en el exterior que incumplan las leyes, una vez que sea definitiva la sentencia de los tribunales contra estas delegaciones presentes en varios países, incluido México, que suelen realizar propaganda a favor del separatismo.

Nuevas elecciones generales, violencia y movilizaciones en Cataluña tras las largas condenas a políticos independentistas, la exhumación de los restos de Franco y la desaceleración económica. ¿No son demasiados frentes abiertos para un gobierno?

-Nadie elige la realidad que tiene que gobernar. Hemos sido impulsores de sacar a Franco del Valle de los Caídos porque era una anomalía tremenda de la democracia tener al dictador enaltecido. Pero no conectaría la situación de la economía con la situación política, porque somos la economía que va a crecer más en Europa. En cuanto a la sentencia (a los políticos independentistas) es una herencia del gobierno anterior. Nosotros (los socialistas) somos simplemente los herederos de una situación muy compleja.

La crisis de Cataluña lejos de solucionarse, parece que se está profundizando todavía más. En este escenario pareciera que el Gobierno español está desbordado por los acontecimientos...

-No hemos estado desbordados en ningún momento. Este gobierno ha conseguido mantener el orden público en Cataluña sin necesidad de tomar ninguna medida excepcional, sin que haya habido una sola situación de gravedad. Veo países como Francia o Chile donde, desgraciadamente, han tenido que afrontar situaciones muy trágicas.

Pero son muchos los que critican que el gobierno central no haya hecho propuestas de tipo político para desatascar la situación en Cataluña...

-Las hemos hecho todas. Pedimos que nos apoyaran en los presupuestos generales y no quisieron los independentistas, cuando eran buenos para Cataluña, porque pretendieron chantajear a este gobierno con el derecho a la autodeterminación, punto en el cual rompimos. Si Cataluña no ha colapsado económicamente es porque este gobierno ha procurado responder a sus retos. Los independentistas no se han saltado ninguna ley porque todas las que intentan saltarse las recurrimos. Hemos abierto un espacio de leal cooperación con un gobierno (el catalán) que no respeta a los no independentistas. La situación es complicada, no tiene una salida fácil, porque hay una historia muy larga detrás.

El gobierno catalán y los partidos independentistas están desafiando una y otra vez al gobierno central con sus reclamos de autodeterminación, mientras la derecha española pide mayor contundencia para frenar el movimiento separatista. ¿En qué posición se encuentra el gobierno socialista?

-No existe el derecho a romper las reglas del juego común. Cataluña votó la actual Constitución (española), por lo tanto las leyes en Cataluña son leyes democráticas que han querido los catalanes y no las pueden romper unilateralmente. La posición del gobierno (español) es el mantenimiento de la Constitución, jurídicamente y políticamente.No imagino a México permitiéndole a nadie que se salte el artículo 2 de la Constitución mexicana. Tenemos que reaccionar con los mismos mecanismos legales con los que lo haría cualquier otra democracia.

¿Cuáles son las fórmulas que maneja el gobierno socialista para desactivar un conflicto que ha fracturado a la sociedad catalana y que está afectando la imagen de España en el exterior?

-Para empezar que (los independentistas) abandonen la violencia que han iniciado. De quien dependa esa violencia minoritaria tiene que saber que con violencia no se hace política. También es evidente que nadie va a romper unilateralmente este país, ese es el cumplimiento de la ley. Cuando todo esto sea entendido por ellos, sabiendo además que los no independentistas electoralmente son más que los independentistas, y cuando cumplan con la regla de oro de la democracia, estaremos dispuestos a reconsiderar su estatuto de autonomía, sus necesidades y sus criterios.

¿Cuál es la línea roja que deben traspasar los independentistas para que el gobierno español intervenga la autonomía de Cataluña o actúe judicialmente contra algunas autoridades de esa región?

-El poder judicial actúa de manera independiente al Ejecutivo. Los independentistas no pueden saltarse la Constitución ni el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Y si quieren plantear problemas objetivos, lo tienen que hacer dentro de la ley. Primero hablando entre ellos, ya que los independentistas no respetan las posiciones políticas de los catalanes no independentistas. El presidente (Joaquim) Torra es un activista de su partido, no es el presidente de todos los catalanes. Cuando la Generalitat (gobierno catalán) asuma el compromiso democrático de gobernar para todos, nos podremos plantear cuáles son las necesidades de Cataluña para que se produzca su encaje en la Constitución española. Eso es la política.

El gobierno catalán abrió recientemente una embajada en México que, según las autoridades españolas, sirve sobre todo para hacer propaganda del movimiento independentista en el exterior. ¿Baraja el gobierno socialista cerrar este tipo de delegaciones luego de la sentencia del Tribunal Constitucional que ha suspendido cautelarmente el Plan de Acción Exterior de Cataluña?

-Cuando la sentencia del Constitucional sea firme, la acataremos y la ejecutaremos. Cuando ello ocurra, a este gobierno no le temblará la mano para cerrar espacios donde se está haciendo lo que la Constitución impide que se haga. Las autonomías españolas no tienen ningún derecho a tener política exterior, que está atribuida en exclusiva al gobierno de España según la Constitución. Eso sí, pueden tener delegaciones para hacer labores de promoción cultural, comercial o turística.

El gobierno acaba de exhumar al dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos por considerar que su figura no podía ser exaltada en un monumento público. Sin embargo, más de 100 mil republicanos represaliados por el franquismo continúan desaparecidos, la mayoría de ellos enterrados en fosas comunes y reclamados por sus familiares. ¿No cree que ha faltado en España voluntad política para cerrar definitivamente las heridas provocadas por la guerra civil?

-Sí. Hemos llegado tarde. Cuando fui ministra de Cultura una de las primeras cosas que hice fue un homenaje al presidente Lázaro Cárdenas porque nadie le había dado todavía las gracias al presidente mexicano por acoger al exilio español. Somos un gobierno que ha querido significar la importancia que tiene México en nuestra memoria histórica. No hay que olvidar que al presidente de la República española Manuel Azaña se le enterró en el exilio con la bandera de México, no le pudimos poner la bandera de la República ni la bandera de España. Y aun así, hemos ido tarde.

¿Cuáles serán los principales ejes del gobierno socialista en el caso de poder formar gobierno?

-Pues un equilibrio necesario entre el crecimiento de la economía española con reparto y redistribución a través de las políticas sociales. Hay que hacer una reforma laboral que devuelva a los trabajadores, que son los que han pagado la crisis, derechos y mejoras. Hay que seguir avanzando en la igualdad entre hombres y mujeres y hay que afrontar algunas reformas estructurales de nuestra transición ecológica. Estos objetivos van a requerir estabilidad, presupuestos, cuatro años de tiempo y un gobierno ordenado y fuerte que sepa orientar sus decisiones, atendiendo al compromiso económico y fiscal que tenemos con Europa.

¿Cuál es el estado de la relación entre España y México y cómo observa el gobierno español los episodios de violencia, vinculados al narcotráfico, que están teniendo lugar en México?

-Para nosotros México es un socio preferente. Lo es no sólo por la importante presencia de empresas españolas en México o porque sea un mercado extraordinario, sino sobre todo por las relaciones culturales comunes. Por parte de España, hay una entrega absoluta a la relación con México y a mejorarla cuanto sea posible. Queremos también ser un socio valedor de México en Europa. Para nosotros México tiene un punto mítico y nos inquieta mucho que haya cuestiones en las que la propia democracia mexicana tiene que reaccionar y tiene que reaccionar precisamente para mantener la fortaleza de lo que México representa para nosotros. No es un país cualquiera para España y por eso estamos siempre cercanos, próximos y atentos. No llevamos a nuestro rey (Felipe VI) a ninguna toma de posesión, salvo a la de México.

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