Zinacantepec, Méx.— En el mercado de pescados y mariscos de San Luis Mextepec, a pesar de la emergencia sanitaria por el Covid-19, no hubo sana distancia entre los ciudadanos del Valle de Toluca que lo atiborraron este viernes.
Algunos llegaron con toda la familia; niños en brazos, adultos mayores y hasta el perro. Buscaban comprar productos del mar —frescos y preparados— por el Viernes Santo, cuando, según la religión católica, no se debe comer carne roja.
En este tradicional punto de ventas sobre la vialidad Adolfo López Mateos, en el acceso principal hacia el centro de Zinacantepec, más de 50 locatarios fueron visitados por los habitantes del Valle de Toluca.
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Pese a los intentos de la autoridad municipal para respetar las recomendaciones sanitarias para prevenir contagios, la poca participación la hizo una tarea imposible.
La gente se rehusó a mantener la distancia de 1.5 metros; se aglomeraron frente a los mostradores donde escurría el agua por el hielo de camarones, pulpos, mojarras y pescados.
De poco valieron las recomendaciones del ayuntamiento, pues si bien sólo se ofertó comida para llevar, hubo personas que ofrecieron hasta dinero a cambio de que los dejaran pasar con sus perros e hijos pequeños.
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En la zona hubo un despliegue de policías municipales, Guardia Nacional, verificadores y trabajadores del gobierno local, pero fueron ignorados; incluso algunos señores y mujeres amenazaron con enfrentarse a golpes con los elementos de seguridad al escuchar que por seguridad y por cuidar su salud no podían pasar todos juntos, acompañados por ancianos o niños.
Un carril también fue invadido por gente que al tratar de evitar el cúmulo de gente, caminaba por debajo de la banqueta, además de la presencia de vendedores de paletas de jícama, vasos de fruta, envases para agua, cazuelas, aguacates.
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En la zona prevalecían los que ofertan cuatro cubrebocas desechables por 10 pesos y los que vienen con “refuerzo quirúrgico”, en 20 pesos.