Pachuca.— Yo cuando sueño no ronco, lo que se escucha es el ruido de mi moto al rodar, enfatiza Roberto Navarro, un motoviajero que busca llegar en solitario a Alaska, en un viaje que comenzó en Cancún, Quintana Roo.
Con la Carepucita, como le llama a su motocicleta en recuerdo de su nieta, quien no podía decir Caperucita, el anhelo que sentía cuando veía pasar a los moto viajeros se hizo realidad al convertirse hace cuatro años en uno de ellos.
Está consciente de que el camino puede ser peligroso por la inseguridad y los asaltos, por ello tiene el apoyo de dos grupos de motoviajeros quienes se encuentran al pendiente de su recorrido vía WhatsApp.

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