Mixtepec, Oax.— Estudiantes de la Preparatoria comunitaria Lázaro Cárdenas en Santa Cruz, un pueblo Ñuu Savi enclavado entre cerros y montañas de Oaxaca, sobrellevan sus estudios entre el campo y las aulas para no desaparecer por la falta de apoyo institucional y de los gobiernos.
“Quiero que las personas sigan apoyando este proyecto, para que la escuela siga en este pueblo porque nos ha costado mucho mantenerlo. Yo sigo dando mis cooperaciones”, dice Juan Natividad López Santiago, habitante del poblado.
Entre las actividades del campo, videoconferencias y actividades extracurriculares, 10 estudiantes de la Preparatoria Lázaro Cárdenas, extensión 02, ubicada en el municipio de San Juan Mixtepec, sobrellevan sus estudios ante la falta de reconocimiento y apoyo del gobierno.
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“Si hubiera alguien que nos pudiera echar la mano, porque de no ser así, con el tiempo corremos el riesgo de que esta escuela se cierre, estamos resistiendo, de no bajar la guardia. Estamos batallando bastante, sobre todo con los pagos a los profesores”, expresa Victoriano Nieves, presidente del comité de la escuela.
Y es que todos los gastos los cubren los padres de familia, el comité de la escuela e incluso los propios estudiantes, quienes realizan rifas, venta de postres y de hortalizas cultivadas por ellos mismos a fin de poder sostener la preparatoria de Santa Cruz Mixtepec, donde una parte de su población es migrante.
Aunque todos los estudiantes están entusiasmados con su escuela, creen que sería más fácil para ellos y sus padres que hubiera apoyos.
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“Pues me gustaría que tuviéramos apoyo para hacer menos y centrarnos en los estudios. Y que a los padres y madres no les cueste tanto estar pagando de su bolsillo a los profes”, dice Mari, una estudiante de tercer grado, quien es consciente de lo que implica estudiar en estas condiciones.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2023, 23.7% del total de la población indígena de tres a 17 años en México no asistía a la escuela, 10.3 puntos mayor a la población no indígena.
Una escuela que resiste
La Preparatoria Lázaro Cárdenas, aunque depende de otra extensión ubicada en la ciudad de Tlaxiaco que, de acuerdo con el directivo, es una de las 10 extensiones de bachillerato de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), sólo cuenta con el permiso para operar, pero sin apoyos.
“Yo quiero que las personas sigan apoyando este proyecto para que la escuela siga en este pueblo, porque nos ha costado mantenerlo para dejarlo quebrar. Yo sigo dando mis cooperaciones”, enfatiza Juan Natividad, de 79 años, quien junto a otras personas de la comunidad salieron a la ciudad en busca de apoyos para implementar la preparatoria y una radio comunitaria en Santa Cruz Mixtepec, en 2007.
Para no cerrar la escuela, realizan diversas actividades. Por ejemplo, este año les tocó sembrar maíz, el año pasado cultivaron lentejas. En otro terreno de riego, cerca del río, siembran hortalizas y algunas verduras; las ganancias por la venta de estos productos se destinan principalmente para el salario de seis profesores, aunque dicen que sólo es una remuneración, porque tampoco alcanza para un pago digno.
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“El pago no es un pago como tal, sino una pequeña remuneración para el gasto del transporte para llegar al pueblo y enseñar a los estudiantes”, comenta.
Cada mes, cada padre de familia realiza una aportación de 271 pesos, además de otras cooperaciones, pago de inscripciones, también el resto de las familias de Santa Cruz realizan aportaciones.
“Todo es por tequio, cooperaciones y apoyo de externos. Los jóvenes hacen rifas, venden postres, aguas, gelatinas y productos que ellos elaboran, sus días de venta son en las fiestas del pueblo o salen al municipio”, explica Yureni Santiago Sánchez, actual coordinadora de la preparatoria.
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La migración
Por si no fuera suficiente la falta de apoyo de los gobiernos a la única escuela preparatoria en Santa Cruz Mixtepec, también se atraviesa la migración. Los jóvenes se van a estudiar al municipio con la idea de que “las escuelas de fuera son mejores”. O que la estadía de las familias es temporal en la comunidad, al igual que el de sus hijos.
“Pienso que lo que falta son alumnos, cuando vamos a participar, no hay suficientes compañeros para realizar ciertas actividades. La mayoría se va a estudiar a San Juan Mixtepec y a Tlaxiaco”, precisa Jaciel Ramírez Bautista, alumno de segundo grado, quien reconoce que la migración no es por gusto, es por falta de oportunidades.
En tanto, la coordinadora de la preparatoria detalla que a los jóvenes aún se les vende el sueño americano. Además de que la estancia de los estudiantes es temporal en la comunidad debido a que sus papás son residentes o ciudadanos de Estados Unidos, y sólo van al pueblo para dar su servicio que dura un año, terminando se regresan a Estados Unidos con sus padres.
Quedarse y seguir resistiendo
Yureni sueña que sus alumnos sean profesionistas, que compitan a lo grande sin tener que pensar tanto en cómo conseguir dinero para seguir sosteniendo la escuela, y que tampoco sea una preocupación para las madres y padres de familia, porque están cansados.
En este contexto, la coordinadora explica que hace algunos meses los alumnos comenzaron con un proyecto sobre el reciclado de vidrio. Por ahora, están trabajando en la prueba y error para lograr la temperatura ideal y poder fundir el material.
“Hasta ahora estamos haciendo la investigación, y nos hemos dado cuenta que no hay ninguna recicladora de vidrio como tal. Y, bueno, ellos llevan meses experimentando para llegar a la temperatura ideal para fundir el vidrio”.
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La idea es que, aparte de las labores del campo, también tengan otras opciones, como una empresa donde puedan emplearse e integrar a otras personas de la comunidad.
Cuando Jaciel termine la preparatoria, le gustaría estudiar agronomía, y después regresar a su pueblo a trabajar las tierras de sus padres y ayudar a la comunidad; Mari quiere estudiar nutrición, luego regresar a su pueblo a ejercer su profesión.
La coordinadora Yureni, junto con el representante del comité de la escuela, así como los padres de familia y los alumnos, invitaron a las personas, organizaciones y a los gobiernos a apoyarles para que no se cierra la preparatoria y puedan seguir soñando.
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