Con un video que mostraba la reacción mundial ante su esperado regreso, Oasis apareció en el escenario del Estadio GNP Seguros a las 21:02 horas, iniciando de inmediato con “Hello”, mientras los gritos y saltos del público hacían vibrar el recinto.
Minutos antes, a las 21:00 horas, se proyectó un clip que recopilaba titulares y comentarios en redes sociales sobre el regreso de los hermanos Gallagher, desatando la euforia entre los asistentes en un estadio lleno a su máxima capacidad.
Después de 17 años sin pisar tierra mexicana, Liam y Noel Gallagher se reencontraron con un público diverso: desde quienes los vieron en 2008, hasta nuevos fans que crecieron escuchando su música gracias a sus padres.

“Muchas gracias, son hermosos”, dijeron los hermanos Gallagher antes de dar paso a un impresionante espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el Estadio GNP Seguros durante cerca de dos minutos. Así concluyen la primera de dos noches en CDMX, despidiéndose con emoción y brillo junto a sus fans.
“Esta será nuestra última canción, los amamos, les prometemos vernos pronto”, son las palabras con las que Liam presenta “Champagne Supernova”, ante una mezcla de euforia y tristeza de los fans que saben que a esta noche le restan solo unos instantes, lo que no evita que un par de ellos en General A saquen bombas de humo para festejar este concierto como si de la barra del Manchester City se tratara.
“Y esta se llama Wonderwall”, dice Liam, desatando una ola de emoción entre los asistentes. No es para menos: este tema, incluido en su segundo álbum What’s the Story? Morning Glory? (1995), es probablemente la canción más reconocida de Oasis, y sigue siendo uno de los singles más escuchados y versionados del britpop.
Noel Gallagher anima al público a cantar el coro de “Don’t look back in anger” gritando “Vamos México” a la mitad de la canción.
65 mil almas reunidas en el Estadio GNP Seguros para presenciar una noche que, más que un reencuentro, fue un acto de fe entre banda y público.
La banda hace caso a sus seguidores mexicanos y regresan a la tarima para tocar “The Masterplan”, ante los coros de la gente que sabe que el show está llegando a su punto final.
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Oasis se retira en silencio del escenario; mientras se apagan las luces sus fans piden que la banda vuelva a salir para continuar la celebración con el característico “olé, olé, olé Oasis, Oasis”.
“¿Hay alguna estrella de rock esta noche?”, pregunta Liam Gallagher mientras toca las primeras notas de”Rock n’ Roll star” que retumba en el estadio GNP.
El escenario se tiñe de azul durante “Whatever”, resaltando un sombrero de charro en tonos celeste y detalles dorados que lleva un maniquí. Este, además, luce una bufanda y una bandera del Manchester City, equipo inglés cuya reciente victoria en la UEFA Champions League muchos creen que inspiró la reunión de Oasis.
Cuando suena “Slide Away”, la emoción se dispara instantáneamente. A pesar de no ser uno de los singles promocionales principales, esta canción sigue siendo una de las favoritas entre los fans más apasionados, un verdadero tesoro dentro del repertorio de Oasis.
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“Esta se llama Stand by Me”, anuncia Liam con calma, pero el público ya está desbordado. Sin que suene una sola nota, los vasos de cerveza empiezan a volar por los aires, empapando a los asistentes.
“Esta song es para la banda”, suelta Liam. Nadie ha dejado de saltar desde que comenzó el show, y ya van 12 canciones que marcan la mitad de una noche que se siente irrepetible.
En medio del entusiasmo, un grupo comenzó a corear el nombre de Noel Gallagher. Algunos cerca respondieron con miradas nerviosas y comentarios discretos, temiendo que Liam pudiera tomárselo a mal. Sin embargo, la banda no se inmutó. Con un simple “Muchas gracias, México. Hablemos un poco esta noche”, siguieron adelante y arrancaron los primeros acordes de Talk Tonight.
“Gente de México, dense la vuelta, abrácense entre todos y salten cuando arranque la música.”
La petición vino desde el escenario, pero se volvió un pacto colectivo. El público, entre risas, abrazos improvisados y ojos brillosos, se preparó. En cuanto sonaron los primeros riffs de Cigarettes & Alcohol, el Estadio GNP se convirtió en una fiesta.
“¡México, México, México!”, corearon los Gallagher como respuesta al cariño del público, justo antes de arrancar con “Some Might Say”, desatando una ola de gritos y aplausos entre los asistentes.
“Esto va a ser jodidamente increíblemente mgestuoso, celestial, magnífico”, dice Liam antes de iniciar “Morning Glory”
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