Paisajes de montaña, tradiciones con siglos de antigüedad, artesanías únicas y deliciosa gastronomía son solo algunos rasgos que caracterizan a los 9 Pueblos Mágicos de Jalisco. Se trata de comunidades encantadoras y llenas de actividades, que puedes visitar fácilmente si llegas a Guadalajara o Puerto Vallarta.
En esta serie de dos artículos te contaremos qué hacer y ver en estos Pueblos Mágicos. ¿Cuál se te antoja para comenzar?
Tequila
Distancia: a una hora de Guadalajara.
Foto: Sectur Jalisco
Desde el siglo XVI ha sido el centro de producción del destilado que lleva su nombre y, por tal razón, el paisaje agavero de Tequila está reconocido como Patrimonio de la Humanidad. La principal actividad aquí es conocer los procesos de trabajo de las destilerías que florecieron en los siglos XIX y XX, además de probar sus productos.
Para entrar en calor puedes abordar el tren José Cuervo Express en Guadalajara, que tiene ventanas panorámicas y, en algunos vagones, barra de tequilas y cocteles. Sus interiores son de madera y repujado. Este ferrocarril te lleva a La Rojeña, destilería con 250 años de historia; puedes ver los hornos de mampostería, la sala de destilación y una cava subterránea. La experiencia incluye un recorrido por las instalaciones, catas educativas y demostraciones de jima de agave.
Los recorridos del tren te regresan a Guadalajara el mismo día, en autobús. También puedes elegir llegar al pueblo en autobús e irte de regreso en el tren.
Foto: Sectur Jalisco
Casa Sauza y su hacienda construida en 1836, es otra visita obligada. En esta destilería dan paseos por un campo de agave, te permiten plantar uno y te enseñan a preparar tu propio “cantarito”: una bebida tradicional de Jalisco servida en un jarrito de barro, con tequila blanco, jugo de naranja y jugo de limón.
La destilería Casa Orendáin también ofrece recorridos guiados. Nació en 1926, pero sus orígenes se remontan al siglo anterior.
Para ver el paisaje agavero desde las alturas, reserva un vuelo en globo con la empresa GDL Tours.
Si te queda tiempo, date una vuelta por el Centro Cultural Juan Beckmann, cuyas exposiciones están dedicadas a la historia y arte regional. Puedes ver, por ejemplo, diversos carruajes antiguos.
A las afueras del pueblo se encuentra Matices, Hotel de Barricas. En este original alojamiento, las habitaciones son barricas de tequila gigantes, rodeadas de agaves. Forma parte de La Cofradía, una destilería que tiene otro hotel boutique donde las suites contienen arte local inspirado en las tradiciones del Pueblo Mágico.
La Cofradía ofrece experiencias fuera de lo común para sus huéspedes, como un “tour de los sentidos”, un recorrido en un tranvía con forma de botella gigante y la oportunidad de jimar o de diseñar tu propia botella de tequila.
Mazamitla
Distancia: a dos horas de Guadalajara.
Foto: Sectur Jalisco
Un puente colgante de 350 metros de largo es uno de los principales atractivos de este pueblo enclavado en la Sierra del Tigre y cubierto con bosques. La instalación pertenece a Mundo Aventura, un parque de naturaleza con circuitos de tirolesas (uno de ellos de casi dos kilómetros y otro especialmente para niños), gotcha y cuatrimotos.
Si te gusta contemplar el paisaje más que la adrenalina, explora el corredor natural Parque Jardín Encantado. Sobre puentes, en medio de un bosque de coníferas, llegas a la Cascada El Salto, de 35 metros.
Monteverde. Foto: Sectur Jalisco
Entre las calles empedradas del pueblito hay diversas tiendas de artesanías, puestos de antojitos y restaurantes típicos. Tienes que probar “el bote”, un caldo elaborado con pulque y que lleva tres tipos de carne: de cerdo, de res y de pollo. Si prefieres, hay birria, borrego al pastor, frijoles puercos o mole de olla.
En Mazamitla son muy comunes las cabañas para una escapada. Destacan Sierra Vista, Bosque Escondido y Monteverde. Con este último complejo puedes reservar experiencias de la empresa Green Forest Tours: recorrer circuitos de puentes colgantes, explorar la sierra en vehículos panorámicos o visitar locales tradicionales como una panadería familiar o una quesería artesanal.
San Sebastián del Oeste
Distancia: a una hora y media de Puerto Vallarta.
Foto: Sectur Jalisco
Una de las mejores panorámicas de Jalisco se obtiene desde el Mirador del Cerro de la Bufa, a dos mil 411 msnm. Algunos días, alcanzas a ver la Bahía de Banderas pero, en otras ocasiones, se observa un espeso “mar” de nubes cubriendo esta parte de la Sierra Madre Occidental.
San Sebastián es un Pueblo Mágico de herencia minera que se remonta a la Colonia; tuvo su mayor esplendor en el siglo XVII y llegó a estar habitado por 20 mil personas. En la actualidad solo hay alrededor de 6 mil habitantes, pero todavía quedan vestigios de su historia como la Mina Santa Gertrudis.
Foto: Sectur Jalisco
Es casi obligatorio probar el café local, la raicilla (un destilado de agave jalisciense) y el chocorraíz (chocolate con raicilla).
También hay un nuevo e innovador restaurante llamado Jardín Nebulosa, que utiliza ingredientes locales, orgánicos o de alto grado alimenticio. Tiene dos menús degustación del chef Nicolás Cano y maridajes con bebidas a base de raicilla.
San Pedro Tlaquepaque
Distancia: a 15 minutos de Guadalajara.
Foto: Sectur Jalisco
Es uno de los centros artesanales más importantes de México: cerámica, madera, latón, piel y vidrio son tan solo algunos de los materiales que se trabajan en Tlaquepaque.
Date una vuelta por el Andador Independencia: no solo encontrarás artesanías típicas, sino galerías de arte con piezas únicas y coloridas, como la de Rodo Padilla, creador de las adorables esculturas de los “gorditos”; Martha Figueroa (diseño de muebles); Sergio Bustamante, famoso por sus piezas surrealistas; o la de Carlos & Albert, de joyería, escultura y pintura.
Si estás en busca de algo más tradicional, únete al tour peatonal Barrios de Barro (búscalos en Facebook) o visita el Museo Regional de la Cerámica.
Pasa una tarde en El Parián, una construcción que antiguamente albergó un tianguis pero actualmente funciona como una especie de plaza con kiosco, donde se concentran restaurantes y bares amenizados con música de mariachi. Aquí puedes probar platillos típicos como la birria, carne en su jugo y tortas ahogadas, además de los famosos cantaritos.
Durante tu visita incluye las tiendas tradicionales Nuestros Dulces: hay rollos de frutas, cajeta, muéganos, mermeladas y una gran variedad de dulces.
Lagos de Moreno
Distancia: a dos horas de Guadalajara.
Foto: Sectur Jalisco
Es un Pueblo Mágico con una historia que data del siglo XVI y lleno de vestigios de la Nueva España, como la Parroquia de la Asunción. Con torres de 72 metros, es uno de los templos más altos de México. Formó parte de la Ruta de la Plata, que a su vez pertenece al llamado Camino Real Tierra Adentro, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Foto: Sectur Jalisco
Otro icono del Pueblo Mágico es el puente del río Lagos, tallado en cantera. Se dice que cuando se inauguró se cobraba por cruzarlo, así que la gente prefería pasar por el río cuando el caudal era bajo; por esta razón se colocó una placa que perdura y dice “Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba”.
Aunque para viajar al pasado, sin perder las comodidades, visita u hospédate en Hacienda Sepúlveda. Esta propiedad de 1684 se restauró como hotel boutique. Sus caballerizas y cocinas se convirtieron en suites lujosas con jacuzzi privado. La hacienda ofrece actividades como paseos a caballo o calandria, picnics y senderismo. Además, tiene un restaurante mexicano y spa con temazcal, acondicionado en el antiguo molino.
Foto: Sectur Jalisco
En el pueblo, no olvides visitar el espectacular Teatro José Rosas Moreno, inaugurado en 1907 (revisa en redes sociales para saber si hay eventos), y el Museo de Arte Sacro, con una colección de arte que data de los siglos XVII al XX.