En el mundo de Juan Carlos Osorio, las conferencias de prensa previas a un partido se han convertido en algo muy divertido. No sólo se habla de futbol sino hasta de los cambios políticos y sociales de un país, como Islandia, en donde han bajado la mayoría de edad y regularon la venta de alcohol, sin que tenga que ver con el futbol, el concepto no sirve para maldita la cosa, pero termina por ser divertido...
También es muy entretenido escuchar cómo desvía la atención de las preguntas con la historia de los Mundiales, aunque cometió una grave equivocación al confundir la Copa de 2002 y hablar de la actuación de Lionel Messi con Argentina, cuando el delantero no fue a Corea y Japón.
Igualmente fue muy divertido, pero preocupante, escuchar sus miedos al explicar el nivel de Suecia y Corea, que los puso como equipos “con gran crecimiento futbolístico”, al argumentar que en 2002, los asiáticos le ganaron a Italia y a España, aunque nunca explicó que el presidente del Comité Organizador, Chung Mong-koo, también presidente de Hyundai —principal patrocinador de aquel Mundial—, hizo todo lo posible para que su selección luchara por el tercer puesto.
Cuando en la historia de los grandes escándalos de las Copas del Mundo está el arbitraje del egipcio Gamal Al-Ghandour, al anularle dos goles legítimos a España y favorecer a los locales descaradamente con tal de que llegaran a semifinales. Claro, mencionar esa historia no es políticamente correcto en una conferencia previa al Mundial, aunque sea verdad.
El lunes cuando llegó a Santa Clara declaró que ya tenía a los 23 para el Mundial, ayer dijo lo contrario, que todos tienen la oportunidad aunque no estén en este llamado, incluso habló de Paul Aguilar y Jesús Dueñas. Entonces... cambió tan rápido de opinión que los 26 que están en California ahora no le convencen del todo.
Esas son las conferencias de Osorio, llenas de contradicciones y conceptos ambiguos intentando presumir conocimientos, con gran dicción y respuestas más largas que la cuaresma, pero sin esencia ni compromiso en temas puntuales. Incluso, incomodidad cuando, al ver que nadie cuestionaba a Raúl Jiménez, el propio entrenador dijo “ayúdenme a preguntarle algo a Raúl”.
Lo importante no son estas conferencias sino que no es honesto con los futbolistas ni define a los 23 para el Mundial, como también sería más profundo encontrar un equipo que fuera titular hoy, el martes, el 28 de mayo, el 2 y 9 de junio, y que para el debut ante Alemania tuviera al menos cinco partidos con una base. Pero eso es un sueño guajiro que se da con entrenadores de poca monta considerando que esos son el 99.99 por ciento de los que existen en el mundo.
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