Todos los moralistas y filósofos, de Santo Tomás a Carl Jung, están de acuerdo en que denunciar hipócritas compulsivamente, a diestra y siniestra, suele ser evidencia de hipocresía

El juego, la burla socarrona, el desplante romántico o el atisbo de locura literaria traen vida al mundo, a lo social y sobre todo al ánimo individual.

Una breve pausa como señal de desprecio a quien que para su gusto es basura, y no amerita la gloria de figurar en su memoria, tan atareada en salvar al mundo.

Es la primera vez que el Líder Absoluto reconoce que su pueblo tiene una limitación. El pueblo que es sabio, preparado e inteligente, de pronto no lo es