La gasolina está fuertemente ligada a la vida económica de los países. Aunque las tendencias en varios sitios del mundo apuntan a una menor dependencia de ese energético para adoptar alternativas ecológicas, actualmente la mayoría de las naciones basan su movilidad en este combustible; México se encuentra entre estos últimos.

Debido a ese vínculo, el precio del hidrocarburo siempre ha sido un factor crucial para la economía e incluso la estabilidad social de países. En México, a principios de 2017 un aumento de 20% al precio detonó protestas y disturbios en varias ciudades. En Francia, un incremento a la gasolina anunciado en noviembre de 2018 desencadenó violentas manifestaciones con barricadas y coches incendiados en los Campos Elíseos, choques con la policía y cientos de detenidos. El presidente Emmanuel Macron tuvo que dar marcha atrás a la medida.

En este 2019 se ha cuestionado el precio de la gasolina en México, pues el gobierno señaló que no se producirían alzas más allá del porcentaje de inflación. En los hechos, el costo aumentó ligeramente por arriba del índice de precios.

Con el fin de estimular una reducción del precio, a finales del mes pasado la Secretaría de Hacienda anunció estímulos fiscales a las gasolinas Premium y Magna para alentar una disminución; sin embargo, nada cambió en el precio de los combustibles.

El martes, el Presidente de la República acusó a las gasolineras de aumentar sus márgenes de utilidad al quedarse con parte de los estímulos fiscales sin reflejarlo en el costo final.

La Organización Nacional de Expendedores de Petróleo respondió que “el irregular suministro de combustible es una realidad que influye mucho en los precios finales, lo cual se debe entender” y anunció su intención de reunirse con la Secretaría de Hacienda para dialogar y analizar la información con la que cada uno cuenta.

Ayer el mandatario insistió en que Pemex reduce el precio de la gasolina a las estaciones de servicio y estas en lugar de también disminuirlo, lo aumentan.

Las gasolineras han estado bajo la mira de la Comisión Federal de Competencia Económica desde hace un año, cuando se indagó una presunta concentración de estaciones de servicio por constituir conductas anticompetitivas y aumentar el poder sustancial de uno o varios agentes económicos. En estos momentos, una investigación más a fondo se vuelve necesaria.

¿Quién tiene la razón en esta polémica? Ambas partes presentan razonamientos fundados. Los argumentos de una y otra parte deben ponerse sobre la mesa de manera transparente. Mientras eso ocurre, el consumidor es puesto en segundo plano... una vez más.

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