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Futbol americano y profesional son palabras que por 20 años no estuvieron ligadas en la misma frase dentro del vocabulario deportivo de nuestro país, hasta ayer, cuando se dio el kickoff de la (LFA).

La nueva ola del profesionalismo del football en México, nació en un día soleado con 28 grados centígrados en el que ni una nube ensombreció el esfuerzo que hizo el público que asistió al primer partido entre los Raptors y los Mayas que comenzó a las 11 de la mañana con cuatro mil personas en las tribunas y que en su mayoría eran familiares y amigos de los 180 jugadores que conforman las plantillas de los cuatro equipos de la liga.

Con food trucks (camiones de comida), venta de souvenirs y atracciones en las inmediaciones del estadio Jesús ‘Palillo’ Martínez, el contexto de la LFA fue una pequeña maqueta de lo que se experimenta en los escenarios de la NFL, incluido el consumo de cerveza que en las categorías universitarias está prohibido tanto en México como en Estados Unidos.

Los precios de los alimentos y bebidas fueron razonables en comparación con otros espectáculos que ofrecen hamburguesas y refresco por más de 100 pesos. En el ‘Palillo’, un combo no rebasó los 60 pesos.

Después de las salida de los túneles que adoptó características del show de la NFL y la entonación del himno nacional por parte de la cantante Nadia, la esencia profesional se esfumó con el silbatazo del réferi, pues en el terreno de juego existió cero espectacularidad y el nivel que exhibieron sólo incrementó el calificativo de caro, que muchos asistentes le dieron al precio de los boletos (170 pesos por partido) y hasta el propio quarterback de los Mayas, Marco Antonio García, quien terminó con cuatro pases de anotación en el triunfo 34-6 sobre Raptors. “Es un poco caro y valoramos el esfuerzo que hace la gente por pagar un boleto. Tenemos que trabajar en los detalles para llevar esta liga a los niveles en los que se encuentra la NFL”, declaró García al término del encuentro de medio día.

Al ser la primera jornada, los entrenadores alegaron falta de ritmo y condición física de sus equipos. Pero se les olvidó que en las taquillas se pagó por ver un partido profesional como se anunció en septiembre pasado cuando se dio a conocer la LFA y no con juegos que se acercan más a la etiqueta de preparación por la cantidad de errores que existieron en ambos.

En el segundo partdo de la jornada, Mario Castelán regresó un despeje 60 yardas hasta las diagonales para darle un susto a los Condors, que pese a eso se impusieron 30-28 a los Eagles.

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