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Este domingo, por medio de una elección interna, la militancia del PAN elegirá a su nueva dirigencia nacional entre dos candidaturas, la de la exsenadora Adriana Dávila y el diputado federal con licencia, Jorge Romero.
La contienda —de acuerdo con analistas y politólogos— se da en uno de los peores contextos para el instituto que en 1939 fundó Manuel Gómez Morín, no sólo por los resultados negativos en las pasadas elecciones, sino por sus divisiones internas y el alejamiento con la ciudadanía.
José Antonio Crespo aseguró que en los comicios del pasado 2 de junio, Acción Nacional y todos los partidos de oposición tuvieron un mal papel y sus resultados fueron producto de ello y a que enfrentaron una “elección de Estado”.
Crespo atajó que esta contienda interna sólo beneficia a Acción Nacional en imagen, pero no al grado de que pueda recuperar la confianza que ha perdido entre muchos electores.
“Tiene que volver a ser una opción para la ciudadanía, pero no está fácil porque ya no estamos en un régimen democrático, sino en un régimen de partido de Estado, que se irá fortaleciendo conforme pase el tiempo y va a ser como lo fue el PRI en los 60”.
Frente a ese contexto político, agregó Crespo, cualquier partido, no solamente el PAN, se queda “muy chiquito”, porque no van a competir contra Morena, sino contra el Estado.
“Hagan lo que hagan, no va a ser una opción de gobierno hasta que Morena se caiga, porque los partidos de Estado no los quitas por vía electoral, como no se quitó al PRI en 1988. Primero se cayó el PRI por malos gobiernos, malas políticas económicas y rupturas internas, como fue la ruptura del 86 de Cuauhtémoc Cárdenas y la ruptura que hubo en el 94 por la confrontación entre Manuel Camacho y el extinto Luis Donaldo Colosio, eso también debilitó al partido. Y luego la crisis económica del 94, todo eso fue tirando al partido”, expuso.
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Crespo afirmó que ni a corto o largo plazo se ve la extinción próxima del PAN, pero su papel será de partido testimonial como lo es el PRI.
“El PRI va ir cayendo más porque está en una situación peor. Pero el PAN, tiene que hacer algo, tener que mejorar su liderazgo. Tienen que renovar un poco sus posturas, porque por la vía electoral no se les va a ganar a Morena, primero se tiene que caer Morena por sus propios errores, por divisiones internas, que eso quién sabe cuándo pase”.
Víctor Alarcón Olguín, politólogo de la UAM-Iztapalapa, destacó que la candidatura de Dávila encarna un ala del panismo histórico que tuvieron influencia en el foxismo y el calderonismo, mientras que Romero representa al sector dominante del partido, que encabeza el dirigente saliente Marko Cortés.
“Veo una competencia muy fuerte [entre ambas candidaturas] porque, obviamente, pues está la discusión sobre el propio futuro del partido y cuál será el posicionamiento que van a mantener frente al gobierno”.
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Alarcón expresó que el reto —para quien resulte ganador de la contienda— será la reconstrucción y capacidad organizativa, porque el PAN es el partido de oposición más grande en este momento, a pesar de lo debilitado que está.
“El PAN puede encontrar un nuevo epicentro programático que pudiera ya no solamente ser reactivo y quejoso de todo lo que haga el gobierno, sino que, al igual que el PRI cuando llegó a la oposición por primera vez con la dirigencia a Beatriz Paredes, hubo un proceso lento y progresivo de reconstrucción, que les permitió regresar al poder 12 años después”.
Señaló que como cualquier partido político, tiene que hacer este trabajo desde las bases, desde recuperar una credibilidad y, sobre todo, resaltar mucho o seguir apoyándose todavía en el récord que pudieran seguir ofreciendo los resultados de sus gobiernos como Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, y Chihuahua.
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Alarcón coincidió con Crespo en el sentido que la recuperación electoral del PAN sólo podrá darse por el desgaste en el partido del poder, que las luchas internas en Morena se profundicen y sus errores los lleven a la pérdida de la confianza por parte de la ciudadanía.
“El PAN puede ser un partido competitivo, que le garantice 20% o 25% del electorado, pero su dilema de crecimiento sería una gran modificación de su narrativa para que realmente pudiera tocar los espacios de Morena e incluso esas bases populares que ahorita, pues, obviamente están muy comprometidas, gracias a los apoyos del gobierno. El PAN realmente la tiene muy difícil, siendo un partido de clases medias”, enfatizó Víctor Alarcón.