Washington.— Estados Unidos anunció ayer sanciones de viaje contra el cubano Raúl Castro y su familia, acusando al expresidente de violaciones a los derechos humanos.

Dentro de su rol en el Partido Comunista, “Raúl Castro supervisa un sistema que detiene arbitrariamente a miles de cubanos y que retiene actualmente a más de 100 presos políticos”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en un comunicado. El funcionario se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU.

Las sanciones implican que el expresidente, hermano del difunto líder revolucionario Fidel Castro, no podrá viajar a Estados Unidos.

A pesar de que es poco probable que el exlíder de 88 años planee un viaje a Disney, la medida también implica que a su familia más cercana se le negará la entrada a la Unión Americana.

Entre a quienes se les prohibió viajar se encuentra su hija, Mariela Castro Espin, quien se ha convertido en una destacada defensora de los derechos de los homosexuales y la concientización del Vih/sida.

Ella visitó San Francisco y Nueva York en 2012, provocando una protesta de los críticos de los Castro en Estados Unidos.

Pompeo detalló que también se tomó esta decisión debido al apoyo de Raúl Castro al mandatario izquierdista de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyo país se encuentra sumergido en una grave crisis económica. El jefe de la diplomacia estadounidense alegó que “miembros de las fuerzas de seguridad cubanas” han cooperado con los agentes “militares y de inteligencia de Maduro” para cometer “graves violaciones y abusos de derechos humanos en Venezuela, incluida la tortura”.

“Castro es cómplice del hecho de que se haya socavado la democracia en Venezuela y desatado la mayor crisis humanitaria del continente, al forzar a 15 % de la población venezolana a huir del país y precipitar una escasez de alimentos y crisis de salud de una escala sin precedentes en esta región”, subrayó Pompeo.

“Estados Unidos apoya rotundamente los derechos de los pueblos cubano y venezolano. Seguiremos persiguiendo todas las herramientas diplomáticas y económicas para ayudar al pueblo venezolano a lograr la transición que merecen”, concluyó el funcionario.

La sanción contra Castro, de 88 años, se anunció un día después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, acusara a Maduro de haber “vendido el alma de su nación a una dictadura extranjera”, la cubana, mientras la Casa Blanca pedía al mundo reforzar su presión a Cuba por su “papel directo” en la crisis venezolana.

Cuba ha insistido en que no mantiene efectivos militares y de seguridad en Venezuela, algo de lo que Washington le ha acusado reiteradamente este año.

El gobierno de Washington apoya al líder opositor venezolano Juan Guaidó, quien en enero pasado se juramentó como presidente encargado de Venezuela, y además desconoce a la administración de Maduro.

La medida recién anunciada se apoya en la ley presupuestaria del Departamento de Estado para el año fiscal 2019, que permite a Pompeo vetar la entrada a Estados Unidos de “funcionarios de gobiernos extranjeros” cuando tenga “información creíble de que se han implicado en corrupción significativa o violaciones graves de derechos humanos”.

Trump ha prometido librar a América Latina del socialismo, una postura que hace eco en muchos exiliados cubanos y venezolanos en Florida, estado políticamente clave para las elecciones de 2020 en las que buscará la reelección.

Sus medidas son un marcado contraste con las del expresidente Barack Obama, quien conoció a Castro en un histórico viaje de 2016 a Cuba mientras buscaba poner fin a décadas de hostilidad entre los dos países.

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