Kiev.— “Un comediante puede convertirse en presidente, pero es triste que un presidente se haya vuelto un comediante”, escribió el actor Vladimir Zelenski, quien ayer se impuso en las presidenciales de Ucrania, durante un ataque el actual mandatario, Petro Poroshenko, en la campaña electoral.

Novato en política, Zelenski fue “presidente”, pero en la pantalla, en una serie de televisión titulada Servidor del pueblo, estrenada hace cuatro años y en la que interpreta el papel de un modesto profesor de historia que llega a la presidencia del país.


Conocido sobre todo por sus espectáculos de monólogos, Zelenski, de 41 años, se benefició del descontento de los ucranianos con sus élites, consideradas corruptas e ineficaces, y por la decepción que deja el levantamiento prooccidental de la plaza Maidán, hace cinco años, que llevó a Poroshenko, al poder.

Algunos comparan a Zelenski con Ronald Reagan por ser un popular actor, al igual que el expresidente de Estados Unidos, y con el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, por su inexperiencia e histrionismo.

Padre de dos hijos y diplomado en derecho, Zelenski es originario de la ciudad industrial de Kryvy Rig, en el centro del país. Hizo carrera en los escenarios y en la pantalla, en espectáculos humorísticos y conocidas películas en Ucrania y también en Rusia. Este rusoparlante, de ascendencia judía, indicó que consideraba la religión como un asunto privado.

Sus partidarios creen que Zelenski trae una bocanada de aire fresco a la política; sus detractores denunciaron un programa confuso y una falta de experiencia peligrosa. El nuevo presidente electo es acusado igualmente de ser una marioneta del oligarca Igor Kolomoiski, enemigo del presidente Poroshenko.

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