Washington.— El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, buscará negociaciones rápidas sobre nuevas demandas a Irán tan pronto como Washing- ton regrese al acuerdo nuclear con Teherán, informó el miércoles The New York Times.

Biden, en una entrevista con el periódico, dijo que “va a ser difícil”, pero si Irán vuelve a cumplir con el acuerdo nuclear, Estados Unidos se reincorporaría al pacto como punto de partida para las negociaciones de seguimiento. El Times sostuvo que la administración Biden buscará extender la duración de las restricciones a la producción de material fisible que Irán podría usar para fabricar una bomba nuclear.

Irán también tendría que abordar sus actividades regionales a través de grupos aliados en Líbano, Irak, Siria y Yemen en las conversaciones que el equipo de Biden sugirió que podrían incluir a sus vecinos árabes como Arabia Saudita, aseguró el medio.

El presidente republicano Donald Trump se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear en 2018 y ha vuelto a imponer fuertes sanciones económicas a Irán.

Biden, quien derrotó a Trump en las urnas el mes pasado, dijo durante la campaña que tiene la intención de ofrecer a Irán un “camino creíble de regreso a la diplomacia”.

“Se habla mucho sobre misiles de precisión y toda una gama de otras cosas que están desestabilizando la región... pero la mejor manera de lograr cierta estabilidad en la región” es lidiar “con el programa nuclear” de Teherán, declaró Biden al Times.

En Teherán, el presidente iraní Hassan Rouhani rechazó un proyecto de ley aprobado por el Parlamento que hubiera suspendido las inspecciones de Naciones Unidas y hubiera aumentado el enriquecimiento de uranio, afirmando que es “dañino” para las gestiones diplomáticas orientadas a rescatar el acuerdo nuclear.

La pugna interna por la propuesta, agravada tras el asesinato el mes pasado de un prominente científico nuclear iraní, deja al descubierto la rivalidad entre el presidente Hassan Rouhani, de tendencia relativamente moderada, y los sectores fundamentalistas que dominan el Parlamento.

El proyecto hubiera cesado las inspecciones de la ONU a las instalaciones nucleares del país y hubiera obligado al gobierno a incrementar el enriquecimiento de uranio a 20% si las naciones europeas no lograban aliviar las presiones económicas ejercidas por las fuertes sanciones estadounidenses contra los sectores de banca y petróleo. La propuesta tiene escasa importancia ya que es el líder supremo, ayatolá Alí Jamenei, quien tiene la última palabra en las cuestiones de gobierno. Más bien se trata de una muestra simbólica de desafío ante el asesinato del científico nuclear Mohsen Fakhrizadeh. Irán atribuye el crimen a Israel.

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